Columnistas

Carta al alcalde Federico

10 de noviembre de 2015

Cordial saludo alcalde Federico:

Tiene la oportunidad de oro en sus manos. Ya sabe que todo lo que usted decida influirá para bien o para mal en la ciudad. Y en este momento lo que aquí más se necesita, es trabajar en la gente; pero no más con el énfasis que tuvieron las administraciones pasadas, que se dedicaron a la infraestructura para la gente; ya entendimos que las ciudades no pueden ser solo paisajes encementados, construcción de moles grises o rojas que besan las nubes. Además de infraestructura, también es completamente necesario mostrarles a los ciudadanos caminos de convivencia.

El tema del respeto está perdido. En esta ciudad necesitamos aprender a respetar al otro. El trato altanero es cotidiano y muchos (más de lo que uno quisiera) se creen hijos de Merlano: las leyes y normas son para los demás.

Usted tiene un poderoso departamento de comunicaciones en sus manos. En otras administraciones esas decenas de comunicadores y ese abultadísimo presupuesto, se destinaron a hacer propaganda al alcalde de turno ensalzando sus logros, engrandeciendo su imagen, mostrándolo como lo mejor que le ha pasado a la ciudad.

¿Qué tal, alcalde Federico, si semejante poder comunicacional se emplea en educación ciudadana, en formación de públicos críticos, en formación de ciudadanos aptos para la convivencia y en el respeto hacia el otro? ¿Se imagina 4 años continuos, con el batallón de comunicadores que trabajan en la Alcaldía, dedicado a producir campañas de formación de ciudadanos?

Caminándola, usted mejor que nadie ha tomado el pulso de esta ciudad. Sabe lo que se cuece en los barrios de las laderas con el tema del posconflicto; conoce el cansancio y el miedo de los jóvenes en la guerra y sabe que, a estas alturas de la historia de nuestra ciudad, el tema de infraestructura tendrá que pasar a un segundo plano (no significa descuidarlo) porque en este momento la prioridad es la convivencia, el respeto entre las personas, el buen ejemplo de la autoridad para que sea respetada; en otras palabras, la prioridad es lo humano de los humanos que habitan la ciudad.

Qué gran trabajo para el futuro de Medellín que usted dejara una gran siembra (toda siembra produce cosecha), usando ese presupuesto multimillonario en la construcción de ciudadanos respetuosos, críticos y más humanos. No más propaganda para el alcalde de turno, sus obras hablarán por él. El líder de la ciudad también deberá ocuparse de temas formativos; y aquí, después de tantos años violentos, ya no se necesita más cemento y sí más humanidad.