Comprar y vender
Comprar y vender expresan acciones de la vida cotidiana. Comprar es obtener o adquirir un producto por determinado valor. Vender es traspasar a alguien mediante un precio convenido una propiedad del vendedor.
La compra-venta se fundamenta en la necesidad. El ser humano necesita educación, vestido, comida, salud, vivienda, recreación, servicios públicos. Necesidades que satisface mediante el servicio, generando abundancia, el secreto de la felicidad. Además, todo ser humano tiene un talento único y una manera única de expresarlo.
Vivo vendiendo y comprando. Compro porque me venden y vendo porque me compran. La compraventa se fundamenta en la necesidad. Entre comprar y vender hay reciprocidad. Nadie puede comprar lo que nadie vende, pues sin vendedor no hay comprador.
Necesito alimentar el cuerpo y también el alma. El libro es el alimento del alma. “Libro. Afán de estar en todas partes en soledad”, escribió Juan Ramón Jiménez, y añadió: “Si quieres leer muchos libros, compra pocos”. Me cultivo leyendo. Soy los libros que compro y leo.
El propósito de la compra-venta determina su valor. Si compro o vendo por la utilidad económica como fin, caigo en las redes de la corrupción, resultado de la codicia. Si tengo como fin satisfacer una necesidad, mi compra-venta me humaniza, tiene sentido humano.
A Dios, vendedor de vendedores, le interesa que el comprador gane, como lo comprobó muy bien Teresa de Jesús. Para ella, Dios, por su gran bondad, “dora las culpas, hace que resplandezca una virtud que el mismo Señor pone en mí casi haciéndome fuerza para que la tenga” (Vida 4, 10). Teresa sabía muy bien que el Padre le regala al hombre el amor, única moneda apropiada para comprar lo que Él le vende, el Hijo.
El último domingo de octubre vamos a realizar un ejercicio de democracia eligiendo. Se habla por todas partes de compraventa de votos. Los medios de comunicación piden no votar por alcaldes y gobernadores corruptos. Si no hay vendedores de votos, nadie los puede comprar.
Hay un acuerdo tácito: Te compro tu voto –Te vendo mi voto. Elector y elegido militamos en el podio de la corrupción, sin que nadie se dé por aludido. Con un altar en cada corazón, el dios Dinero tiene idólatras en todo lugar.
Largo camino el de la democracia, hacer de la política el arte del bien común, en que electores y elegidos, inspirados en la generosidad, construimos comunidad con votos que no compramos ni vendemos.