Conocimiento y productividad
A finales de 2016, en el marco del Congreso Cafetero, la Federación Nacional de Cafeteros dio a conocer una nueva variedad de café denominada Cenicafé 1.
Según se informó, esta variedad, resultado del trabajo científico del Centro Nacional de Investigación de Café, Cenicafé, tiene unas características particulares que la hacen altamente productiva y resistente a algunas enfermedades como la roya y la Enfermedad de la Cereza del Café (CBD).
La variedad Cenicafé 1 es de porte bajo y tiene alta adaptabilidad a las distintas zonas cafeteras del país. El porte y la arquitectura que, según se indica, son similares a las de las variedades Caturra y Colombia, permiten alcanzar altas densidades de siembra (entre 7.000 y 10.000 plantas por hectárea) dependiendo de las diferentes regiones y de las condiciones agronómicas.
Los expertos de Cenicafé y la Federación señalan que la nueva variedad tiene una producción promedio de 17,6 kg de café cereza por árbol por ciclo de cuatro cosechas, que es igual a la producción obtenida con la variedad Castillo general. En materia de productividad, la gran ventaja de la nueva variedad Cenicafé 1 es la alta densidad que podría alcanzarse. De esta forma, algunos cálculos indican que, con la máxima densidad, la productividad podría estar por encima de los 100 sacos por año, lo que representa un aumento sustancial frente a la productividad media actual de 17 sacos año por hectárea.
La última Misión Cafetera, dirigida por el actual gerente general del Banco de la República, Juan José Echavarría, señalaba, que un problema crítico de la caficultura colombiana es su baja productividad y competitividad. Ello se ha constituido en el principal factor que explica la pérdida de participación en los mercados mundiales. Comparado con sus pares internacionales, la producción cafetera colombiana se encuentra muy alejada de las productividades de las naciones líderes, como son Vietnam y Brasil.
En este sentido, y gracias al laborioso y productivo trabajo de los científicos de Cenicafé, la caficultura nacional está en capacidad efectiva de cerrar la brecha de productividad que hoy en día le resta competitividad a nivel internacional.
Esto pone de presente, nuevamente, la importancia que para el desarrollo de la agricultura y de los territorios rurales tienen la investigación, la tecnología y la innovación y, en particular, la necesidad de que los recursos de los fondos parafiscales se destinen, prioritariamente, a estas actividades y, en general, a los bienes públicos.
En este sentido, en agosto pasado, el BID dio a conocer un nuevo estudio que demuestra la eficacia del gasto en bienes públicos (como la investigación y la innovación) sobre el dirigido a los subsidios. En particular, en el estudio se establece cómo “al aumentar la fracción de gasto destinada a los bienes públicos se eleva significativamente el ingreso rural per cápita de la población rural”.
Como lo muestra el caso del café con la generación de una nueva variedad altamente productiva y lo confirma el estudio del BID, resulta esencial asegurar la prevalencia de los bienes públicos tanto en el gasto sectorial público como en el de los fondos parafiscales.