COSTOS QUE AHUYENTAN LA INVERSIÓN
Cada día adquiere más relevancia el peso relativo de los costos que deben soportar los empresarios en la operación de sus negocios y que terminan golpeando fuertemente su competitividad. Los costos de transporte son un buen ejemplo.
Por cuenta de la pobre calidad de la infraestructura vial en la que se concentra el movimiento de carga y de personas, así como de la congestión en las vías, la limitación en los horarios para transitar y las demoras en los puertos de cargue y descargue, Colombia tiene uno de los costos de transporte más altos del mundo.
De hecho, de acuerdo con el estudio presentado por Anif en el Congreso de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, esta semana, en Cartagena, mientras que en Colombia el costo de transporte incide entre un 10 % y 35 % en el gasto operativo de los principales bienes producidos en el país, en el resto del mundo este porcentaje apenas alcanza el 6 %. Además, debido al poco desarrollo de los otros tipos de transporte –fluvial, aéreo y férreo- y del multimodalismo, el sector transporte es poco competitivo y le genera grandes costos a la economía.
Las conclusiones a las que llega el estudio de Anif, si bien no son ninguna sorpresa, como bien lo afirmó su director, son oportunas y se convierten en un insumo importante para la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo, PND. Las vías 4G, sin duda, van a ayudar con la congestión, pero pasarán algunos años antes de que estén listas. En el entretanto, el Gobierno es mucho lo que puede hacer para reducir los costos de transporte y mejorar la competitividad en este frente. Por ejemplo, actuando sobre los otros aspectos que identifica el estudio y que encarecen el transporte como son trámites, peajes, procesos aduaneros, horarios, corredores logísticos, etc.
Pero no son solo los costos de transporte los que están afectando la gestión de los empresarios. El Doing Business 2014, publicado recientemente por el Banco Mundial, identifica los problemas del comercio transfronterizo ya mencionados, pero también otros, aún más problemáticos, como el cumplimiento de contratos, el pago de impuestos y la conexión a la energía.
Estas limitaciones para hacer negocios, además de las que identifican otros índices, no son nada diferentes a los llamados “costos país”, que también deben ser tenidas en cuenta por el Gobierno en la elaboración del PND.
Un país que necesita atraer inversión para crecer, más aún ahora que se desplomó el precio del petróleo, no puede darse el lujo de tener al mismo tiempo costos de impuestos, transporte, energía, seguridad, justicia que figuran entre los más altos del mundo.
Los índices que miden la competitividad a nivel internacional como el Doing Business o el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, más allá de ser ránquines, son muy útiles para identificar las áreas problemáticas de cada país y llevar a la acción. Los países que así lo entienden logran avances importantes. Sus resultados, por tanto, no deben ser pasados por alto, como tampoco los que arrojan los estudios como el que acaba de presentar Anif.