Columnistas

Culto a la pobreza

01 de mayo de 2018

Por Salomé Navia González
Universidad Pontificia Bolivariana
Facultad de Com. Social, 1° semestre
salome.navia@upb.edu.co

En Colombia amamos la pobreza, la enaltecemos, la honramos, le cantamos e incluso le hacemos telenovelas; porque nunca debe faltar la historia de la familia pobre y la familia rica, donde se le da el aspecto de villano a los adinerados. Es que los ricos son malos, malísimos... y todos los pobres son buenos. Ahí está la televisión para demostrarlo, el pobre siempre consigue lo que quiere, luego de luchar mucho contra el rico. Hemos creado el prejuicio de que si una persona tiene dinero es porque lo consiguió con actividades ilícitas y que todos son unos estirados engreídos, no nos detenemos a pensar en todo el esfuerzo que le pudo tomar a esa persona estar donde está, esfuerzo, compromiso y trabajo; otros solo se quedan pensando en que no harán algo porque otro lo puede hacer.

Lo bueno es que, en Colombia, nos inflamos el pecho diciendo que somos pobres pero honrados... con lo que justificamos la pobreza, por esta razón no salimos de pobres, igual ni queremos, porque ya vimos que los ricos son malos, el dinero lo ensucia todo; pero igual nos quejamos por no tenerlo.

En un país católico como el nuestro, donde usan a las deidades para someternos y mantenernos humillados, Dios y la virgencita nos quieren porque somos pobres y humildes, no hay mejor remedio que convertir la pobreza en algo bueno, así combatimos la frustración, nos llenamos de sicología barata para sentirnos bien con nosotros mismos; pero al convertir la pobreza en virtud, nunca salimos de pobres. Debería pensar uno que es malo ser pobre, luego dicen otros que lo bueno es que la pobreza es virtud, lo realmente malo es que ningún país ha salido de pobre gracias a la humildad, peor aún, muchos parecen no notarlo y siguen siendo pobres pero honrados. Dirán algunos que el capitalismo mundial nos mantiene pobres, pero nunca pensamos que ese mismo capitalismo ayudó a países todavía peores que el nuestro, como Corea del Sur, Vietnam o China.

El problema realmente es que la pobreza en Colombia aparte de ser económica empezó a ser mental. En cada canción popular, en cada telenovela, cada día de nuestra vida regeneramos esos “valores” que nos alejan del progreso, nos atan al pasado y siguen marcando nuestro destino. Seguiremos alejándonos del futuro si no logramos cambiar nuestra mentalidad.

*Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión
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