De héroes y villanos
Por Lina María Múnera G.
muneralina66@gmail.com
Como tantas otras cosas de la vida, ser calificado como héroe o villano puede depender simplemente de la perspectiva de quien juzga. Algunas personas, expuestas a situaciones en las que otros están indefensos, deciden correr un riesgo personal sin esperar retribución y propulsados por lo que consideran es su deber. La inmensa mayoría prefiere no hacer nada, lo que en muchos casos se convierte en un apoyo implícito a quienes hacen el mal. Y en el otro extremo están quienes eligen infligir dolor, bien sea moral o físico, con o sin remordimiento.
Esta semana comenzó el juicio contra Paul Rusesabagina, el hombre que en 1994 salvó a 1.268 personas de perecer durante el genocidio que se produjo en Ruanda por los enfrentamientos entre Hutus y Tutsis, y que tuvo como saldo la muerte de 800.000 personas en tan solo 100 días. Desde el lujoso hotel Mil Colinas, que dirigía en ese entonces, logró dar refugio a hombres, mujeres y niños que corrían peligro simplemente por pertenecer a una etnia determinada. Mediante contactos con los altos mandos y sobornos a los verdugos, consiguió proteger en sus instalaciones a toda esta gente que estaba condenada a una muerte salvaje. Su historia heroica se convirtió en película (Hotel Ruanda, 2004) y él mismo recibió varias distinciones internacionales, pero cometió el “error” de criticar al presidente Kagame, quien gobierna su país con mano firme desde el fin de esa tragedia. Hoy, Rusesabagina se enfrenta a graves cargos de terrorismo acusado de liderar y patrocinar a grupos extremistas que quieren derrocar al gobierno.
Un giro así demuestra cuán frágiles y precarias pueden ser las circunstancias que vive un ser humano. Nada es seguro y cualquier hecho, por noble que parezca, consigue ser manipulado para darle una vuelta a la historia según convenga al narrador. En el mundo de la política se conoce muy bien esta realidad. Tal es el caso reciente del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien de la noche a la mañana ha pasado de ser el gestor ejemplar de la lucha contra el covid-19, la voz que todos los ciudadanos necesitaban escuchar, a estar bajo sospecha por haber omitido información y tener que enfrentarse posiblemente a un impeachment.
¿Cuánto hay de verdad en cada historia? Dependerá no sólo de quien la cuenta sino también de las razones que lo motivan a contarla. Puede que en los hechos haya pureza en su origen, pero cada acto se puede acomodar a conveniencia y lo que hoy constituye un servicio a los demás, mañana puede ser interpretado como un acto interesado. Quizá sea cierto eso de que todos llevamos dentro a un héroe y a un villano