Columnistas

Desde Rusia con amor

23 de abril de 2018

Rusia atrae todas las miradas, aunque sigue siendo misteriosa. Fue noticia por la reelección de Putin, lo continúa siendo por el cercano mundial de fútbol, pero recientemente (y es tal vez lo más significativo) por su peso relativo en la geopolítica mundial.

Resulta paradójico que el poderío político y militar de Rusia sea mucho mayor que lo que representa su economía. Para ilustrar esta idea veamos algunas cifras. El PIB de Estados Unidos representa cerca de 13 veces el de Rusia. China es 8 veces más grande económicamente que Rusia, Alemania 2,5 veces y la Unión Europea 12. El tamaño de la economía rusa es equivalente a la suma de los productos agregados de Bélgica y Holanda.

En el caso ruso, el factor determinante de su influencia no es el tamaño de su economía, sino su esfuerzo por crear y mantener un aparato militar destacable. El gasto en defensa, de acuerdo con un instituto especializado (International Institute of Strategic Studies), es proporcionalmente mucho mayor (por su participación en el PIB) que el de otras potencias.

Además, en el arsenal hay una importante presencia de las armas nucleares, lo que le confiere un poder disuasivo, en especial sobre la menor capacidad de defensa de sus vecinos europeos. Sin duda, la importancia estratégica de Rusia se apuntala mucho más en ese aspecto militarista que en su papel de gran proveedor de petróleo y gas para Occidente.

Ahora bien, la hipertrofia del gasto militar no detuvo el proceso de convergencia económica de Rusia hacia Europa Occidental. Si bien la crisis de 2008 y la caída del precio del petróleo interrumpieron el dinamismo de la economía, a partir de entonces se ha recuperado penosamente, con algunos tropiezos en 2014-2015 por las sanciones posteriores a la intervención militar rusa en Ucrania. Aún así, los ingresos promedio son hoy mucho más altos que los que se tenían en 1989-1990. De acuerdo con las cifras de Novokmet, Piketty y Zucman (From Soviets to Oligarchs: Inequality and Property in Russia 1905-2016, 2017) el ingreso nacional por adulto en Rusia aumentó un 40 % entre 1989 y 2016. Se observa una disminución en la brecha de ingresos con los países de Europa occidental. Al final de la era soviética el estándar de vida era 60-65 % frente a Europa Occidental, hoy es el 70-75 %.

Aun así, en el estudio mencionado se encuentra un resultado sorprendente. La desigualdad en Rusia se disparó en el período reciente (1990-2015): la participación en el total de los ingresos del 50 % más pobre cae de 30 % a 18 %, mientras que el 1 % más rico pasa de tener 6 % a 20-22 %. La desigualdad y la concentración de la propiedad privada parecen ser aceptadas en la Rusia moderna, en una economía extractivista donde existen según Forbes un inusual número de multimillonarios, y donde los más ricos son leales al gobierno y a lo que ellos perciben como los intereses nacionales, dentro de estos el poderío militar.