Deslizándose por la pendiente climática
Por Gernot Wagner y Constantine Samaras
Doce años es a la vez una eternidad y está a la vuelta de la esquina. Solo pregúntele a cualquier padre que ve a sus hijos crecer. Por lo tanto, toca lo más profundo cuando un coro creciente de voces a menudo jóvenes, desde defensores del New Deal verde hasta la Huelga Global Juvenil del Clima, dice con fuerza que al mundo le quedan 12 años para evitar un cambio climático desastroso. Esta es solo la última y terrible advertencia sobre la falta de tiempo emitida en los últimos 20 años. Pero este plazo es diferente: es totalmente incorrecto, y muy acertado.
La idea de un plazo de 12 años surgió el otoño pasado con la publicación de un informe especial del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. El grupo de científicos del clima de las Naciones Unidas de todo el mundo dijo que si los gobiernos del planeta quieren limitar el calentamiento global a 2.7 grados Fahrenheit (1.5 grados Celsius) por encima de las temperaturas preindustriales, un simple 1 grado Fahrenheit por encima de los niveles actuales, la sociedad tendrá que reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en aproximadamente la mitad para 2030, disminuyendo aún más a cero neto hacia mediados de siglo. El “acerca de” y “alrededor” generalmente se pierden en la traducción, lo que hace que el resultado sea falsamente preciso, especialmente en los titulares sobre el informe. The Guardian, por ejemplo, anunció: “Tenemos 12 años para limitar la catástrofe del cambio climático, advierte la ONU”.
Ahora, por supuesto, serían 11 años. Técnicamente, este plazo es incorrecto, sobre todo porque es demasiado preciso. El mundo no terminará en 2030 si las emisiones no disminuyen. La científica climática de la Nasa Kate Marvel lo resumió perfectamente: “El cambio climático no es un precipicio del que nos caemos, sino una pendiente por la cual nos deslizamos”.
Esa es una de las muchas razones por las que el cambio climático es un problema tan difícil. No hay una señal de Pare obvia, no hay una simple raya roja. Lo contrario también es cierto: no habrá un final de superhéroe para esta película, un momento en el que el cambio climático será “resuelto”. Nuestros hijos y nietos, y los suyos, estarán manejando el impacto del cambio climático por décadas y siglos por venir.
En todo caso, la ecuación es simple: menos emisiones equivalen a un clima más acogedor. Temperaturas promedio en aumento hacen que el calor extremo, los huracanes y las tormentas sean más probables, intensas y amenacen suministros de agua fresca. Los impactos del clima ya han empezado a golpear.
Reducir las emisiones de efecto invernadero a la mitad para el 2030 sería un reto, como mínimo. Los cambios a la infraestructura se toman tiempo. Carros en las carreteras hoy tienen en promedio 12 años de edad, y un carro nuevo vendido en 2020 podría aún estar en la carretera en el 2040 o más tarde. Las centrales eléctricas están construidas para permanecer en servicio mucho más tiempo. Hay algunas plantas de energía eléctrica que funcionan con carbón en EE.UU. que comenzaron a funcionar en la década de 1950 y aún producen electricidad. La inercia inherente a la que se enfrenta la sociedad hace que un plazo de acción climática de aproximadamente una década no sea solo una opción sensata, sino un imperativo.
Tenemos que acelerar la transición a transporte, electricidad, industria, agricultura y construcción limpios y eficientes, y también hacer que la infraestructura y los sistemas humanos sean más resistentes.
Esto exige una enorme empresa pública y privada de compromisos políticos, inversiones e iniciativas de innovación.
Por un lado, hay un montón de daños climáticos ya incorporados, independiente de la cantidad de emisiones que se reduzcan en la próxima década. En segundo lugar, las reducciones de emisiones que apuntan a limitar las temperaturas promedio globales a entre 2.7 y 3.6 grados Fahrenheit (1.5 o 2ºC) no tienen éxito asegurado. Incluso si el mundo se embarca sobre un camino para limitar las temperaturas a, por decir algo, 3.6ºF, existe la posibilidad de que las temperaturas suban (mucho) más. Algunas de las últimas “vías de 2ºC” del I.P.C.C. tienen una probabilidad de 50-50 de superar ese nivel. Ese es un juego de azar planetario que nadie debería querer jugar, y precisamente porque la descarbonización profunda debe ir de la mano con esfuerzos de resiliencia fuertes y equitativos. Pero no es demasiado tarde para reducir las emisiones, nunca será demasiado tarde.
Lograr grandes reducciones en emisiones en menos de una docena de años requiere de acción política ahora, o al menos pronto después de las próximas elecciones presidenciales. Ya sea el New Deal Verde, reforma fundamental de impuesto verde, o una combinación de cualquiera de los planes integrales del clima siendo propuestos ahora, hay bastantes opciones para cambiar el rumbo de la trayectoria de las emisiones hacia cero tanto en Estados Unidos como alrededor del mundo. Los jóvenes, como la adolescente Greta Thunberg, hablando en nombre de millones tienen la razón al hacer un llamado a la acción climática audaz ahora.