Columnistas

Desplome de la bolsa china

21 de julio de 2015

La agencia Reuters publicó recientemente un gráfico en el cual se observa que el índice de precios de las acciones en la bolsa china cerró en 3.500 el mes de marzo pasado, se disparó luego y alcanzó en junio pasado un máximo de 5.400, al escribir esta nota ahora en julio marcha por los 4.000, es decir, se desplomó cerca de un tercio en dicho lapso.

Pero los expertos no parecen estar muy preocupados, porque esperan que el precio de sus acciones se estabilice en un nivel que, pese a todo, se avecinará, será un 80% superior al que registraban en marzo de 2014. La propiedad raíz también tiende a mejorar. Estiman algunos que el desplome no puede ser causa de angustia, puesto que, quizá, podría ser una corrección normal en unas acciones sobrevalorizadas.

Las autoridades chinas reaccionaron como el país capitalista que pretende ser. El banco central emitió yuanes para invertir en el sector bancario, porque los bancos a su vez le prestan este dinero al público. Los fondos de pensiones se comprometieron a comprar más acciones. El gobierno suspendió todas las ofertas de nuevas acciones, las que se acostumbra vender baratas en la bolsa para poder colocarlas. Los corredores de valores crearon un fondo para comprar acciones respaldadas por el banco central. Les prohibieron vender sus acciones a todos aquellos que posean más del 5% de las acciones de una empresa.

Algunas personas explican la acelerada intervención del gobierno chino, la desesperación aparente, porque ellos sí prevén un colapso económico de su economía y deben evitarlo antes de que se les convierta en un problema social de grandes proporciones.

Comentan otros, como la revista The Economist, en la cual me apoyo para escribir esta nota, que el mercado de valores no juega un papel importante en la economía china. El valor de los papeles en bolsa equivale tan solo al 30% del PIB chino, lo cual, comparado con el 100% del PIB de las economías desarrolladas no es muy significativo. Menos del 15% de los activos de los hogares, afirma la revista, se invierte en acciones.

Y si la estabilidad económica no es el problema, ¿cuál es entonces la causa del pánico? La política figura como la causa más convincente. Resulta que el líder de China, Xi Jinping, escribió en la prensa oficial varios artículos en los cuales afirmó que el salto en los precios de las acciones en bolsa reflejaba los aciertos de sus reformas, su interés en lograr que sus empresas se financiaran en la bolsa de valores. Pero el fin del ascenso vertiginoso y la premura para detener el desplome, pusieron en duda los aciertos del señor Xi. Sus críticos le recordaron la promesa que hizo en 2013, “trabajaré para que las fuerzas del mercado jueguen un papel decisivo en la asignación de nuestros recursos”.

“La conclusión parecer ser que el Partido Comunista chino, a pesar de lo poderoso que pueda ser, no puede pretender doblegar los mercados a su voluntad. Los líderes chinos deben aprender las lecciones relacionadas con la liberalización de su economía. El regreso al estatismo chino, no solo no les funciona, sino que los hace retroceder”.