DIGA NO A LA PERFORACIÓN COSTERA
Por Jaqueline Savitz
redaccion@elcolombiano.com.co
Al final del 2016, habitantes a lo largo de la costa atlántica estaban dando respiros de alivio después de exitosamente pelear por mantener la perforación en mar abierto lejos de sus costas, economías dependientes del turismo y sus estilos de vida. Pero esta semana la posibilidad de perforación petrolera y de gas regresó, y de nuevo ha puesto a los dueños de empresas y habitantes en la posición de tener que defender su subsistencia.
La administración Trump ha revelado un bosquejo de un plan que abriría casi todas las aguas de Estados Unidos a la perforación costera de petróleo y gas entre 2019 y 2024. Este plan contempla una amplia expansión de la exploración y perforación de petróleo y gas en la plataforma continental exterior de la nación, entre tres millas náuticas hasta 200 millas de la costa.
La triple amenaza de voladura sísmica con rifles de aire comprimido para encontrar gas y petróleo debajo del suelo marino, la industrialización costera e inevitables derrames de petróleo cambiarían para siempre la economía turística del Atlántico, donde la perforación nunca ha sucedido. Estos son algunos de los mismos sectores donde los habitantes costeros combatieron un plan de la administración Obama para permitir la perforación de petróleo y gas en la costa atlántica central y sudoriental.
Y si la expansión de la perforación costera no es lo suficientemente mala, este plan le sigue a una serie de retrocesos propuestos anunciados por la administración la semana pasada sobre normas de seguridad.
Esta última movida de la administración Trump es una palmada en la cara para los cientos de miles de personas que hicieron que sus voces fueran escuchadas mientras el presidente Obama consideró abrir más aguas costeras a la perforación.
El plan del presidente Trump pone a poderosos intereses de combustibles fósiles por delante de los de empresarios costeros. En los últimos años, miles de estadounidenses solicitaron a sus gobiernos locales, estatales y federales que rechazaran las explosiones sísmicas de pistolas de aire comprimido, que son dañinas para la vida marina, y la perforación costera.
He conocido a estas personas. Son de todos los partidos. Muchos son republicanos. Muchos son dueños de empresas. Otros son pescadores, veteranos, líderes religiosos e incluso exlíderes de la industria petrolera. Vieron que su gobierno respondió a sus preocupaciones cuando la administración Obama removió a los litorales Árticos y del Atlántico su plan de perforación costera. Al remover las áreas costeras atlánticas del plan, la administración Obama citó “posibles conflictos significativos con otros usos del océano como intereses comerciales y del Departamento de Defensa, actuales dinámicas del mercado, infraestructura limitada, y la oposición de muchas comunidades costeras.
La administración Trump parece estar ignorando las voces de esas comunidades.
El año pasado, el secretario del Interior, Ryan Zinke, prometió “escuchar a las partes interesadas estatales y locales” mientras su departamento revisaba el petróleo y el gas costa afuera. Pero este plan de propuesta le dice a Estados Unidos que hasta ahora, los únicos interesados a los que esta administración ha escuchado son lobistas de la industria.
Tal vez esto cambiará. Habrá un plazo de 60 días para que el público comente sobre el plan del Departamento del Interior. Al anunciar esta propuesta, Zinke dijo, “Así como con la minería, no todos los sectores son apropiados para la perforación costera, y tomaremos eso en consideración en las semanas venideras”.
Espero que lo haga. Los intereses petroleros probablemente están esperando que este nuevo plan desilusione a quienes lucharon largo y fuerte para proteger a su costa. Pero sí sé algo sobre las personas que he conocido en los últimos años, no son el tipo de personas que se desilusionan. Y al expandir la amenaza de la perforación a casi todas las aguas de Estados Unidos, esta administración enfrenta un tsunami de oposición de negocios, líderes locales y activistas en todas nuestras costas.
Pronto el presidente no podrá ignorar el coro de voces que exige que mantenga la perforación costera fuera de los océanos Atlántico, Pacífico y Ártico, y el este del Golfo de México