El baile de los que sobran
La canción pegajosa de Los Prisioneros, que tiene en el fondo el gracioso ladrido de un perro, describe el drama del desempleo vivido por muchos jóvenes en Chile a principios y mediados de los años 80.
“Ellos pedían esfuerzo ellos pedían dedicación ¿y para qué? Para terminar bailando y pateando piedras”, dice una de sus estrofas.
30 años después vemos cómo los jóvenes en Colombia también sufren por la falta de ofertas de trabajo.
Según un estudio denominado ‘Perfil juvenil urbano de la inactividad y el desempleo en el país’ realizado por el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario y publicado por la revista Semana, en Colombia hay 580.000 jóvenes llamados “ninis” (ni estudian ni trabajan) en edades entre los 15 y los 24 años. De ellos 370.000 son mujeres y 212.000 son hombres.
También un informe del Banco Mundial publicado el año pasado indica en Colombia de los 6,3 millones de jóvenes que hay en el mercado laboral, 1,3 están desempleados. El informe indica que en el mundo hay 75 millones de jóvenes ninis. Quizás la sociedad sería muy distinta si esos jóvenes “sobrantes” tuvieran un trabajo digno o estuvieran preparándose en una universidad. Pero hoy el mundo se está perdiendo del aporte que ellos podrían darle.
Da mucha pena que un joven lleno de ilusiones dedique su vida a “patear piedras”. Hace algunos años vi la película italiana Generación mil euros (2009), que cuenta la historia de Matteo, un joven médico subempleado que tiene que compartir su apartamento con otros tres inquilinos: Francesco, Beatrice y Angelica y cada uno enfrenta el drama de, tras años de estudio y buena preparación, llegan al mundo laboral donde cada uno gana solo mil euros al mes y con muy pocos beneficios. Las cifras reveladas hablan del desempleo, de jóvenes que han dejado sus estudios, pero muchos más enfrentan el drama de no tener un empleo digno en el que puedan entregar aquello que han aprendido en los años de colegio y universidad.
Los años van pasando y muchos jóvenes se van anquilosando, desperdiciando un tiempo que no va a volver, sus fuerzas, energía y creatividad se quedan en la sombra.
Sobre este tema, el pasado 20 de junio habló el Papa Francisco en una audiencia concedida a los delegados del Congreso Italiano de Sindicato del Trabajo. Describió la sociedad actual como “necia y miope, que obliga a los ancianos a trabajar demasiado y durante mucho tiempo y no a los jóvenes, que deberían hacerlo por ellos y por todos”.
Ojalá los ninis puedan encontrar un trabajo digno que les permita ser artífices de un futuro que puede ser diferente gracias a su aporte. “El mundo laboral debería estar esperando a jóvenes preparados y deseosos de esforzarse y emerger. Al contrario, el mensaje que en estos años han recibido a menudo es que no se les necesita”, concluyó el Papa Francisco.