El Brindis
Amable lector. Le pido el favor de repasar algunos apartes del poema “El Brindis del Bohemio”, con el que al filo de un 31 de diciembre un grupo de amigos, expusieron, a su manera, sus recuerdos y tristezas. Algo que a más de uno le está ocurriendo.
“En torno a una mesa de cantina,/ una noche de invierno,/ regocijadamente departían, seis alegres bohemios/... Se brindó por la Patria, por las flores,/ por los castos amores que hacen un valladar de una ventana,/ y por esas pasiones voluptuosas que el fango del placer llena de rosas y hacen de la mujer la cortesana./... Solo falta un brindis, el de Arturo./ El del bohemio puro,/. De noble corazón y gran cabeza;/ Aquel que sin ambages declaraba,/ Que solo ambicionaba/ Robarle inspiración a la tristeza./... Brindo por la mujer, mas no por esa/ en la que halláis consuelo en la tristeza,/ rescoldo del placer ¡desventurados!;/ no por esa que os brinda sus hechizos/ cuando besáis sus rizos/, artificiosamente perfumados/.
Al final el bohemio calló. Nadie interrumpió las sentidas palabras de amor y de amargura...
Hace poco en una reunión, que son frecuentes en nuestro medio, alguien alzó la copa y dijo: “la corrupción es más dañina que el cáncer. Los políticos, el sector oficial y el privado se volvieron corruptos. Guardó silencio y a continuación preguntó: ¿Quién de los acá presentes puede tirar la primera piedra? Todos callaron.
La semana anterior los medios de comunicación difundieron la presunta ayuda de Odebrecht a favor de la anterior campaña de Óscar Iván Zuluaga. Más de un columnista lo condenó en el acto, igual que al expresidente Uribe Vélez. Que dicho sea de paso, debe estar harto con la forma de actuar de su grupo político.
Uno de los que recibió millones de dólares, afirmó que parte de este dinero fue a las arcas de la campaña 2014 de Santos. Estallaron rayos y centellas, el gabinete respaldó al jefe del Estado. Los medios de comunicación, que en buena parte han disfrutado de las mieles del erario público, han mostrado su indignación por la calumnia de un delincuente. Algo que ocurre con frecuencia, de iguales o peores testigos, que el Gobierno y sus amigos los reciben con agrado.
No obstante que la Fiscalía aclare este asunto, el fallo lo dará un magistrado del Consejo Nacional Electoral. Por lo tanto, es de suponer que será algo similar al que en su momento absolvió de toda culpa a Ernesto Samper.
El común de la gente, que son casi todas, saben que Juan Manuel Santos no es propiamente un ingenuo, lo que sí ha sido el expresidente Álvaro Uribe. Tan cierto es que, de buena fe, lo recomendó para ocupar el solio de Bolívar. También se ha equivocado con más de uno de sus colaboradores.
Al final, a pesar de las distorsiones en que incurren los historiadores el veredicto final entre estos dos personajes, es abismal. Álvaro Uribe Vélez enfrentó la guerrilla y casi la acaba. Juan Manuel Santos la fortaleció y le dejó a este pobre país un problema inconmensurable.