Columnistas

El castrochavismo

23 de febrero de 2018

Por Carlos Daniel Corredor S.
Universidad Nacional de Colombia
Facultad de Ciencia Política. 7° semestre
cdcorredors@unal.edu.co

Días atrás escuchaba en una tienda mientras me compraba un helado de chocolate, que la muerte de los policías en la ciudad de Barranquilla era culpa del comunismo: “Si no fuera porque Santos les entregó el país a los asesinos esto no hubiese ocurrido, benditos castrochavistas”, decían los que charlaban del tema.

En ese preciso instante tuve miedo, así que decidí subir rápidamente a mi casa, porque las desdichadas consecuencias de todos los problemas del futuro de Colombia eran culpa de Chávez y de Castro y eso era lo que pensaba la sociedad civil.

Cuando llegué a mi hogar y me senté en soledad, me dije: ¡Pues vamos a pensar lo mismo! Si en el parcial de crítica a la economía marxista me va mal, es culpa de sus predecesores o si fallo en el amor; también. Si martillo erróneamente la pared y causo un daño, es culpa de las ínfulas venezolanas comunistas y si llego a enfermarme de gripe, es culpa del virus que producen las células sucias del endiablado castrismo. Si no puedo pagar el arriendo, si no puedo ir a una fiesta, si no paso la calle respetando las normas ; es culpa del castrochavismo que está inmerso en mi piel que no muda, sino permuta.

Después de todo, le doy gracias infinitas al gran colombiano; porque me ha dado la excusa loable para que toda mi imperfecta vida sea culpa de dicho concepto tan visceral.

Pero yo me pregunto, ¿El castrochavismo es el culpable de los falsos positivos, del clientelismo, de la corrupción, de las masacres durante los inicios del 2000, del establecimiento de los bancos paramilitares, del proselitismo electoral mal infundado, de la muerte de los líderes sociales que no cesan?

¿Es culpable el castrochavismo de que nuestra salud esté en un estado tan grave, cuando se inició un proceso de limpieza desde el gobierno anterior? ¿Es culpa de Castro que en Colombia se violen a las mujeres y una gran parte de la sociedad (entre esas mujeres) tachen de mentirosas a las que denuncian sólo porque sus “dioses” pueden caer del Olimpo político?

Tal vez, el problema de los colombianos; es que seguimos pensando que los políticos terratenientes son los que pueden decidir hasta cómo podemos pensar y de qué manera debemos accionar la mente en nuestro país. Ya es momento de bofetear los conceptos falsos e inexistentes que resucitan líderes latinoamericanos que no tienen nada que ver con las desgracias de nuestra tierra. Ya es hora de respirar aires menos testaferros y más equitativos. Es hora de evitar que construyamos la política con términos que pueden convertirse en pan de cada día y que nos llevan a la falacia.

Es momento de decir como negaron en el plebiscito; NO más Alvaros Uribes, queremos un país mejor.

*Taller de Opinión es un proyecto de
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