El humor no tiene la culpa
Un comediante se sube a un escenario a tramitar su propia desgracia con humor. El humor realmente contestatario es de abajo hacia arriba, burlarse del poder. Desde el privilegio hacia abajo es clasismo.
Creo que de todo se puede hacer humor. Sí, de todo. Cualquier tema puede ser usado para el humor y depende de la maestría del humorista. Henry Bergson en su libro La risa: “señaladme un defecto, todo lo que queráis; si me lo presentáis de modo que conmueva mi simpatía, mi temor o mi piedad, todo habrá terminado, no podré seguir riéndome”. Acá el hilo se pone fino y por eso propongo cinco tópicos de análisis: contexto, tiempo humorista, foco e intención.
El primero es las circunstancias que rodean al chiste y el público. Esto es clave porque el buen humorista es un observador de contextos. El segundo lo define Germán Carvajal bellamente: “La comedia es la tragedia pasada por el tiempo”. Significa que con el paso del tiempo y la distancia se matiza el chiste y se digiere mejor. El tercero es, quién hace el chiste. Si el comediante es la víctima tiene licencia para decir lo que quiera de su situación porque es la forma como muchos tramitamos dolores. El cuarto es el foco, lo que el humorista quiere resaltar, si se enfoca en la víctima o en el victimario. Una clave es no poner nombres propios y enfocarse en la situación en lugar de la persona. Es mejor poner en evidencia al victimario, pero es más fácil burlarse de la víctima. Muchos caemos en eso. El quinto, es el motivo que llevó al cómico a hablar de eso, ojalá para generar la risa genuina o la reflexión, no con la intensión consciente de maltratar a la víctima. Un comediante se sube a un escenario a tramitar su propia desgracia con humor o para señalar la ajena. El humor realmente contestatario es de abajo hacia arriba, burlarse del poder. Desde el privilegio hacia abajo es clasismo.
Ahora bien, ¿el humor es necesario? Como dice Rastacuando: obvio sí. Aunque hay chistes de mal gusto, el humor no tiene la culpa. Estoy seguro que los de Fuck News pueden hacer mejores chistes negros. Pero el escándalo vende. El afán por ser tendencia y hacerse los irreverentes nos les permite reconocer su equivocación. Dirán: “Entre gustos no hay disgustos”. De acuerdo. Cada cual que se ría con lo que quiera, de eso se trata la libertad y el humor como expresión de la sociedad. En mi caso prefiero el humor negro de Primo Rojas o Carlos Mario Aguirre. El humor negro, por los cinco tópicos del párrafo anterior, requiere un mejor nivel y estructuras más complejas de elaboración. Por eso, yo soy como el suggar daddy: lo hago muy poco.
Finalmente, el humor no tiene la culpa. Es como poner en entre dicho la música por Bad Bunny. Los malos somos los humoristas, no el humor. Como dijo Franco Escamilla: “la comedia imita la vida, no al revés.” En todo chiste alguien saldrá herido. Pero más allá de eso es entender que hay que reírse de las desgracias, pero no de los desgraciados porque puede no tener gracia. Muchas gracias.