EL IMPARABLE COSTO DEL TRANVÍA
Cuando se decidió construir un tranvía en la calle Ayacucho, aseguraron que se trataba de un sistema que movilizaría unos 80.000 pasajeros/día, pero las cosas no están resultando conforme a lo presupuestado porque, aun considerando que el sistema apenas se inicia y que faltan los que aportarán los metrocables, las cifras de hoy están bien lejos de alcanzar las estimadas y no será fácil lograr el retorno de una inversión que supera el billón de pesos con una demanda tan baja.
En cuatro meses ha movilizado apenas 1.249.091 usuarios, lo cual arroja un promedio diario de 10.409 pasajeros, cuyos ingresos nunca compensarán los elevados costos de inversión, depreciación, operación, mantenimiento, financieros, etc.
El crédito de USD 250 millones que suscribió el Municipio de Medellín con la Agencia Francesa de Desarrollo para la importación del equipo rodante, cuando en el 2011 el dólar estaba en $ 1.800 y en pesos equivalía a $450.000 millones, al cambio actual el crédito supera los $ 750.000 millones; es decir, que la Agencia se ha “ganado” la friolera de $ 300.000 millones, una cifra muy superior a los $ 250.000 millones que han costado las obras civiles, sin considerar el valor de las viviendas del barrio San Luis que el Metro tendrá que demoler e indemnizar a sus propietarios.
Y ese colosal incremento se originó por no haber convertido a pesos al momento de suscribir el crédito; o una póliza de seguro cambiario que blindara al municipio de la devaluación del peso frente al dólar, y el extracosto crecerá con la tasa cambiaria y lo tendremos que pagar los contribuyentes; una “herencia” que nos dejó la pasada administración, que a la carrera lo inauguró aún sin terminar.
Tampoco se han cuantificado los costos ambientales y económicos causados a viviendas por el intenso tráfico que le impusieron a vías estrechas y de precarias especificaciones técnicas como Bomboná y Colombia y destinar la zona pública de Ayacucho de uso exclusivo del Tranvía.
Estos hechos nos invitan a reflexionar y a tomarlos como referentes respecto al otro “sueño” de utilizar la Avenida 80 para imponer otro Tranvía, en vez de estudiar alternativas, técnicas, económicas y compatibles con el uso del espacio disponible como sería un monorriel.
La avenida 80 es la arteria más importante para la movilidad del sector occidental de la ciudad y no dispone de vías alternas de especificaciones técnicas similares para desviar el intenso tráfico actual.
Lo más importante para resolver el problema de la movilidad no es conseguir los recursos a como dé lugar, sino planificar e identificar en términos económicos y ambientales la mejor solución y no repetir el error de Ayacucho; la única vía importante que teníamos hacia Santa Elena pero que ya la borraron del mapa.