Columnistas

EL MIDE Y LA EDUCACIÓN SUPERIOR

24 de julio de 2015

El MIDE (Modelo de Indicadores de Desempeño de la Educación Superior) evalúa la información de 82 universidades y 105 instituciones universitarias, para un total de 187, 58 oficiales y 129 privadas. De este universo solo hay 35 acreditadas en alta calidad.

La evaluación se desarrolla a partir de 6 dimensiones compuestas por 18 variables, de acuerdo con la siguiente ponderación: (i) Desempeño 25 %, con tres variables: Razonamiento cuantitativo, lectura crítica y competencias específicas. El primer puesto lo obtuvo la Universidad de los Andes; (ii) Docencia 20 %, comprende docentes con posgrado, docentes con doctorado y la relación alumno – docente. El primer lugar lo obtuvo la Universidad de la Sabana; (iii) Investigación 20 %, incluye la evaluación de docentes, obras artísticas, artículos y patentes. El primer lugar correspondió a la U. de los Andes; (iv) Egresados 15 %, comprende el salario de enganche, la empleabilidad y el paso a posgrados. El primer puesto correspondió al ICESI de Cali; (v) Internacionalización 10 %. Comprende inglés y coautorías internacionales. El primer lugar fue para la Universidad de los Andes; (vi) Presencia y atracción 10 %, cuyas variables son generación de ingresos propios y permanencia. El lugar más destacado lo obtuvo la Universidad Industrial de Santander.

El análisis de los resultados arrojados por la evaluación de las seis dimensiones con sus respectivas variables, da lugar a múltiples interpretaciones particulares sobre el peso y la forma de medida de cada dimensión y cada variable; y otras de carácter general sobre la orientación misma del modelo.

Desde el primer punto de vista, pueden formularse observaciones, como las siguientes: hay variables que no permiten comparar universidades, porque están determinadas por factores externos, culturales y regionales, incluyendo el nivel social de los estudiantes que conforman una determinada institución. Así, no es posible comparar la variable generación de ingresos por productos propios en una universidad íntimamente vinculada con la producción en el sector de hidrocarburos que en una universidad ubicada en un sector agrícola deprimido. Tampoco se pueden medir los salarios de enganche en una institución de alta empresa respecto una universidad con mayor énfasis social, como las públicas. Asimismo, no es de recibo que se evalúe el paso a doctorados, de mayor facilidad en instituciones de grandes capitales, que en centros ubicados en periferias extremas con sectores sociales más vulnerables. No se puede medir el factor lenguas, tomando como única referencia el inglés, cuando hay instituciones que por tradición estimulan otros idiomas como el francés. Incluso hay que tener elementos de medida propios para las IES que se ocupan del trabajo con grupos minoritarios de distintas categorías.

En términos generales estamos de acuerdo en que el MIDE es una herramienta de información sobre la situación de la educación superior, al que hay que adicionar variables que tengan relación con el impacto social, como la promoción de grupos minoritarios, el apoyo a víctimas del conflicto y sectores vulnerables localizados en comunidades apartadas, en lugar de trabajar fundamentalmente con variables de competitividad empresarial y comercial.

* Decano de Derecho UPB.