Columnistas

EL PUENTE DERRUMBADO Y LA MORAL

29 de enero de 2018

Diez muertos, ocho heridos y dos desaparecidos, amén de pérdidas económicas incalculables, es el saldo del desplome del Puente de Chirajara en la Vía al Llano, un diseño que había recibido diversos premios; desde luego, en medio de tantos silencios, lavadas de manos, recriminaciones mutuas, debates preelectorales y anuncios de investigaciones exhaustivas, es necesario preguntarse por las causas del desastre.

Pueden ensayarse diversas respuestas: el diseño fue mal hecho y el proyecto estaba condenado al fracaso desde sus inicios; hubo fallas en la ejecución de la obra, improvisaciones, errores humanos, personal inexperto, mala calidad de los materiales, terrenos muy difíciles, etc. También, existieron omisiones de control por parte de los interventores; además, es viable pensar que los subcontratistas no cumplieron bien con sus tareas y/o no fueron seleccionados con base en raseros serios.

Sin embargo, el dedo en una de las llagas lo puso el Sindicato SUTIMAC-CUT en comunicado expedido la semana pasada cuando, tras lamentar la muerte de los operarios, denuncia que ellos son muy mal remunerados y solo se les vincula mediante “contratos basura”; es más, afirma que ellos están expuestos a “altos riesgos en muchas ocasiones por falta de medidas de seguridad en los frentes de trabajo”. Incluso, invita a luchar por unas mejores condiciones contractuales y de prestación del servicio porque, advierte, “mientras los dueños de las obras se quedan con la mayor tajada” la que, incluso, les sirve “para llenarles los bolsillos a los politiqueros corruptos”, “a los trabajadores les toca llevar la peor parte”.

Obvio es decirlo, esta baraja de respuestas (y otras) deben ser pasadas por el tamiz de estudios serios, calificados e imparciales, para que hechos tan graves no se conviertan en cacerías de brujas; por eso, en este momento no es posible hacer afirmaciones concluyentes sobre el origen de lo sucedido. No obstante, sí cabe hacer algunas preguntas: ¿Qué hace un grupo financiero conformando la Concesionaria Vial de los Andes S. A. S. (Coviandes)? Además, si este último ente cumple a cabalidad con sus obligaciones como se ha pregonado estos días, ¿por qué se observan graves daños en algunos sectores de la vía, como sucede en el Puente de La Caridad (donde se pagan tres peajes)? Es más, ¿cuáles son los controles empleados para seleccionar a los subcontratistas? ¿Y, bitácora en mano, cuáles fueron las actividades de la interventoría? ¿Cuáles son las reales condiciones laborales y de seguridad de los trabajadores? ¿Y, en fin, tienen ellos la preparación exigida?

De todos modos, como aquí ha habido muertes y lesiones de personas, los autores de estos hechos tendrán que responder (incluso penalmente) sí hay bases para proceder; el país no puede permitir que una vía signada por la tragedia (recuérdese, en otros hechos, los 500 muertos de Quebrada Blanca en 1974) siga cargada de desaciertos. Los usuarios, pues, necesitan garantías de calidad y verdaderos controles para usar las rutas con tranquilidad.

En cualquier caso, dado que a lo largo y ancho del país se suelen presentar graves irregularidades en la contratación, con miles de víctimas y muchos desaciertos, es claro que el sistema existente en esta materia está lleno de vicios y de corruptelas como lo han dicho organismos tan serios como Transparencia Internacional; allí se conforman oscuros clanes entre quienes ejecutan las obras y los interventor es que dan sus bendiciones para, de paso, pagarle el derecho de pernada a políticos pervertidos, quienes interceden para que se les adjudiquen y pagan con ello favores electorales, en medio de un marcado mercantilismo ajeno a la transparencia profesional.

Dicho de otra forma, se requieren hondas transformaciones para lograr un cambio: el combate frontal contra la corrupción; el desmonte de un sistema de contratación pensado solo con criterios mercantilistas en manos de la banca privada y, con ello, la modificación a profundidad de la ley existente; etc. ¡En fin, como dijo el poeta hispano, se hace camino al andar!.