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EL SECRETO DETRÁS DE LA NUEVA PELÍCULA FAVORITA DE ITALIA

18 de enero de 2016

Por Beppe Severgnini

redaccion@elcolombiano.com.co

Un empleado del gobierno, quedándose calvo a finales de sus 30, tiene un verdadero amor” “il posso fisso,” un empleo de por vida. No quiere competir en el mercado laboral; no tiene el empuje para avanzar. Ni siquiera quiere ganar más. Entréguele un escritorio, una silla y un empleo de 9 a 5 en la “pubblica amministrazione,” y está feliz. Fichando tarde, conversando con sus colegas, aceptando pequeños sobornos de los pagadores de impuestos (el preferido: codorniz), un salario habitual - eso es vida!

Y claro, están los sellos de goma. Al empleado le encantan. Bum! Bum! Bum! Cuando su jefa, quien quiere deshacerse de él, le pregunta con rabia “Qué ha contribuido usted a este departamento?”, él le muestra su habilidad para golpear el sello, y casi destroza su mesa de vidrio.

Esta es, más o menos, la historia de “¿Quo Vado?” una nueva comedia que ha barrido con los récords de las taquillas italianas. Se estrenó el primero de enero y en su primera semana ganó $39 millones; “La Guerra de las Galaxias: El Despertar de la Fuerza” alcanzó solo $23 millones en una semana. Según el Hollywood Reporter, “¿Quo Vado?” o “¿A Dónde Voy?”, un giro moderno a la pregunta “¿Quo Vadis?” en latín (“¿A Dónde Vas?”), está camino a batir el récord para una película italiana en el país, que actualmente está en $56 millones, marcado por “Sole a cantinelle” en el 2013. (La película que ganó lo máximo en taquillas, “Avatar”, ganó $71,5 millones aquí).

“¿Quo Vado?” es graciosa, llena de chistes y situaciones entretenidas. Pero las películas no suceden simplemente. Cuando tienen gran éxito, significa que han tocado con algo en el psiqué nacional. ¿Entonces qué es?

El empleado, Checco, protagonizado por Checco Zalone, un comediante de Apulia, es un simplón de buen corazón que tiene un golpe de suerte, un Forrest Gump italiano, con tagliolini en lugar de langostinos. El ministerio quiere que renuncie; él se niega, y termina siendo reubicado a los lugares menos esperados, desde Calabria, infestado de mafiosos, hasta el helado Noruega. Allá se enamora de una bióloga quien reta su frecuente agresión en las carreteras. Se convierte en un buen ciudadano, obediente de las leyes, pero el canto de la sirena de Italia es demasiado fuerte. Regresa a su tierra natal sureña, y a la falta de corrección política. Sigue la hilaridad: un día le grita a un muchacho que está a punto de limpiar una ventana, “No lo haga. Hay normas en este país. Déjeselo a ella”. Y le pasa el trapo a una niña que está cerca. ¿Los italianos realmente son así de sexistas?

Para promover el sentimiento más proactivo, el Primer Ministro Matteo Renzi, quien vio “¿Quo Vado?” con su familia, introdujo legislación para el mercado laboral conocida como el Jobs Act (en inglés, misteriosamente) el año pasado. Hace más fácil contratar y despedir, pero solo en el sector privado. Para empleos estatales, como el de Checco, las cosas siguen igual. Cuando entra, está adentro.

En el sector público, las pensiones y beneficios son protegidos por los sindicatos, con eficiencia militar. Pero los sindicatos en el sector privado están perdiendo terreno. Como resultado, la mayoría de italianos jóvenes que se integran en el campo laboral del sector privado enfrentan muchos obstáculos.

Solo un pequeño porcentaje encuentra empleo en centros laborales u oficinas de empleo; la mayoría tiene éxito por medio de conexiones personales. El pago es más bajo que en el norte de Europa. Los ingenieros alemanes, por ejemplo, ganan un 30 % más que sus homólogos italianos.

Y el número total de empleos en el sector privado sigue siendo demasiado bajo. En los últimos dos años, según el Banco Central Europeo, 2,16 millones de empleos fueron creados en la eurozona: 724.000 en España, 592.000 en Alemania, pero solo 127.000 en Italia. Y de estos, casi dos terceras partes son de medio tiempo. El desempleo en Alemania es 6,3 %; en Italia está bajando, pero sigue alto en 11,3 %. Y solo 15,1 % de italianos entre los 15 y 24 años de edad tienen empleo, comparado con 43,8 % en Alemania.

Y entonces, incluso mientras Renzi y los medios italianos celebran el sector privado, muchos italianos anhelan la seguridad de la aburrida pero estable vida del empleado del gobierno. La región de Umbría espera que unas 32.000 personas de todo el país se presenten para obtener uno de los 94 empleos de oficina que pronto estarán disponibles en sus oficinas gubernamentales locales.

No es coincidencia que las personas están haciendo fila para ver “¿Quo Vado?”. Por qué llorar cuando puede reír?.