El sifón del presidente
Lo que me preocupa es que se actúe contra una obra como la del río Cauca en Ituango, tan importante y necesaria para el futuro del país, sin conocer nada de la generación eléctrica.
Qué pena con el señor presidente y qué pena hablar de su sifón. Lo que pasa es que, cuando uno habla sin conocimiento del tema, se somete a equivocarse y a decir cosas sin sentido o torpes. No sabría decir en qué categoría está el sifón del señor presidente Petro.
Dice que todos sabemos, si conocemos una bañera, que estas tienen un sifón, sea por debajo o por encima. Cierto, las bañeras tienen un sifón por debajo para evitar los olores de las tuberías que conducen las aguas servidas. Por encima tienen un desagüe para evitar que se rebose y se llene de agua la bañera y, en consecuencia, el recinto. Nada de eso ocurre en un embalse para la generación eléctrica.
Si se trata de un sifón para sacar agua, por fuera del vertedero, no me imagino a uno chupando para hacer el vacío y hacer que el agua salga del recipiente, en este caso, del embalse. Es que hablar sin conocimiento es someterse a unas metidas de pata como le pasó a su ministra cuando leía su intervención en el Congreso. Fueron, mejor, dos metidas de las extremidades: una, que en el Congreso no se puede leer porque el texto se lo podría hacer cualquier experto en el tema, cuando uno no conoce de lo que habla, y la otra metida de las extremidades inferiores, que no conocía el asunto del que trataba.
Me atrevo a explicarle al presidente algo sobre los embalses para la generación eléctrica. Unos, como el de Hidroituango, son para darle altura al agua que va a generar energía. La altura de la presa es para proporcionarle la caída necesaria al agua. En este caso, el muro tiene 225 metros de altura y los generadores están a la altura de la base de la presa. Otros, caso Guatapé, la presa es para acumular agua y la tubería que conduce esa agua para la generación la lleva a unos setecientos metros abajo del embalse, que apenas tiene treinta y cinco metros de profundidad. Todo lo anterior significa que un metro cúbico de agua en Guatapé genera mucha más energía que un metro cúbico de agua en Hidroituango.
Sé que esto no es fácil de entender y menos de explicar en un artículo tan corto, y sé también que este tema es imposible de tratar y que se entienda para los desconocedores del mismo, quienes, por consiguiente, no deben hablar de lo que no conocen.
Lo que me preocupa es que se actúe contra una obra como la del río Cauca en Ituango, sin conocer nada de la generación eléctrica y que se actúe sin ese conocimiento contra una obra tan importante y necesaria para el futuro del país, por el solo sentimiento contra un departamento que no votó a favor de quien hoy ostenta el cargo de presidente de la República. Yo me atrevería a recomendar silencio sobre lo que ha pasado en la obra y esperar a que se genere la energía necesaria para unos años más de desarrollo