El síndrome de Eróstrato
Pío Claudio Gutiérrez Botero -opinion@elcolombiano.com.co
En su reciente libro El Infinito en un junco, la escritora Irene Vallejo nos refiere la historia de Eróstrato, quien quiere ser famoso a cualquier precio.
Nunca se ha destacado en nada, pero se rebela contra la idea de ser uno más. Ha decidido que hará algo grande. Decide entonces prender fuego al templo de Artemisa en Efeso, al que hicieron falta ciento veinte años para construirlo.
No sé por qué esta historia me recuerda al inquilino del piso doce de la Alpujarra, quien, a falta de hacer obras, se dedicó a destruir todo lo bueno existente en nuestra ciudad, construido durante muchos años. Adicionalmente, se inventó una narrativa falsa contra el empresariado antioqueño y una novela alrededor del siniestro de Hidroituango.
Ahora tenemos un nuevo Eróstrato en la Alpujarra, además de gran twittero y actor