Columnistas

El suicidio de los empresarios “pacifistas” pero miopes

01 de diciembre de 2014

Los empresarios, recordando una frase de Lenin, son especialistas en mirar a corto plazo, en no interesarse por la vida pública realmente. Especialmente los empresarios son tan miopes que nos van a vender las sogas con las que vamos a colgarlos”. Enrique Krauze.

La semana anterior el periodista Bob Davis describía en Wall Street Journal los problemas del modelo chino y el caso de varios empresarios chinos que, víctimas de la burbuja inmobiliaria y la posibilidad de quiebra de sus empresas, han intentado suicidarse, per o las autoridades les recordaron que “es ilegal lanzarse de los techos de los edificios”.

En Colombia un sector de los empresarios, que tradicionalmente son gobiernistas en todas partes del mundo, con tal de beneficiarse del presupuesto gubernamental, además de no ser víctimas de las retaliaciones de un gobierno vengativo, lo están acolitando en el perverso proceso de negociación con los delincuentes de las Farc.

Resulta desalentador reconfirmar la miopía de algunos de ellos que por estar acostumbrados a no ver más lejos del estado de resultados del año que viene, se han arrodillado al Gobierno y hasta le entregaron la dirección de varios de sus gremios más representativos. Una cosa es la necesidad de concertación y otra la genuflexión.

Lo grave de esta miopía es que por estar marchando dócilmente en la procesión del Gobierno en su nefasto “proceso de paz” sin ver más allá de sus narices, no ven que van camino al suicidio y que el “salto” que en China ni siquiera le permiten dar al suicida, lo van a hacer ellos en pleno siglo XXI recreando el fatídico “Gran Salto”, al vacío, de Mao.

Convencidos cándidamente con las cuentas falsas de una supuesta mejoría del PIB en caso de no existir conflicto, cosa que no va a producir lo que se está acordando, no ven que la forma en que este Gobierno está “entregando” el país, es el caldo de cultivo para un infierno que hará a sus empresas inviables. El proceso que adelanta este Gobierno es evidentemente la aceptación de que todos estábamos equivocados y los bandidos en lo cierto, que la hipótesis falsa y generalizada de las “causas objetivas de la violencia” era cierta, que el empresario es sinónimo de explotador, que la iniciativa privada es un engendro maléfico que debe ser anulado, que quienes tienen algo es porque indudablemente se lo quitaron a otro, que el pobre es pobre porque hay ricos y que el límite de lo alcanzable no lo determina el esfuerzo sino el incapaz de producir riqueza.

La rentabilidad del año que viene importa un pepino cuando se den cuenta que sus empresas serán arrinconadas con legislación mamerta muchas veces disfrazada de ambientalismo, cuando a los privados s e les saque de todas las actividades y que quien quiera hacer algo tendrá que pagar de entrada una supuesta “deuda social” de 100 años.

¿Será que son miopes o que no les importa, pues cuando por fin se den cuenta de lo que estuvieron apoyando, empacarán sus maletas y se irán a vivir de la renta en el exterior en el mismo avión del presidente?.