Entrevista inigualable
Las preguntas a continuación y sus excelentes respuestas entiendo que se publicaron en el diario El Tiempo, a mí me llegaron por correo electrónico, ignoro el nombre de su autor y lo felicito por todo.
Preguntado. ¿Pero a qué le atribuye usted esta nueva bonanza cocalera? A las Farc, porque en las negociaciones de paz con ellos, cedió el gobierno Santos en ese punto y les entregó las drogas al decidir que no erradicaría en esas zonas y al cancelar las fumigaciones aéreas. Siempre pensé que las Farc jamás irían a ceder en tres puntos: no iban a dejar las armas -las van a esconder- no se van a desmovilizar para ponerse a arreglar bicicletas en Bogotá, y jamás iban a entregar los enormes recursos que les produce el tráfico de drogas.
Preguntado. ¿Por qué cree que el Gobierno les cedió en este punto? Porque si no se les permitía seguir sembrando coca no hubieran hecho la paz. Yo era muy cercano al presidente Santos, y ahora, con esto que digo, puede que ya no me aprecie. Fue un cálculo político. Santos es un gran patriota y merece mucho crédito por detener las balas; pero su cálculo fue equivocado y ahora estamos ante estos enormes niveles de cultivos.
Preguntado. ¿Qué es lo que más le preocupa de la situación? Esas montañas de coca van a producir miles de millones de dólares que ya no serán usados para comprar armas sino para corromper el sistema, para comprar influencias, para pagarles sueldos a los miembros de la insurgencia y asegurarles que sigan con ellos. Creo que la situación antes de mejorar va a empeorar.
Preguntado. ¿Qué tanto cree usted que ha influido en la expansión de los cultivos el fin de la fumigación aérea? En el mismo minuto en que decidieron dejar de fumigar perdieron el control del problema, no se puede ir arrancando mata a mata a pie y a sabiendas de que los cultivos van a ser defendidos a muerte por las organizaciones criminales. Eso no funcionará.
Preguntado. ¿Se debe reactivar la fumigación aérea? No creo que pueda hacerse, pues eso es un acuerdo con las Farc. Mi opinión es que los militares y policías tenían arrodillados a las Farc y no estaban lejos de derrotarlas. En la historia de la diplomacia, nadie entregó en la mesa de negociación algo que ganó en el campo de batalla. Eso fue lo que pasó.
Preguntado. ¿No ve alternativas? Creo que lo que viene es un largo proceso y no es claro el horizonte. Quizá las Farc colaboren un poco para aparentar, pero no creo que funcione. Le repito: no abandonarán un negocio tan lucrativo.
Preguntado. Pero entonces, ¿qué pasará con nuestra relación con los EE.UU? Puede que decidan suspendernos su aporte de dinero para asegurarnos una paz que necesita tanto de un ejército como de una policía fuertes.
Hasta acá la entrevista, ¿a quién? Al parecer, a nadie menos que a Barry McCaffrey, exdirector para la Oficina contra los Narcóticos de EE. UU. ¿Sabrá él algo de esto? ¿Se asemejará acaso a lo que denuncian los líderes del NO?