ESE MODO DE SER DEL ANTIOQUEÑO
Con frecuencia refrescante se reactivan en Antioquia ideas y consignas de regionalización y federalismo, afines pero no iguales y sin embargo representativas de un sentimiento de independencia que siempre ha estado ahí en el espíritu de la gente, por encima de simpatías y denominaciones políticas. Hace unos días volvió a hablarse de cómo convendría retomar el nombre de Estado Soberano. Tales creencias no han prosperado, han pasado como ráfagas por la historia, pero tienen su razón de ser, su justificación, en el malestar acentuado por el aborrecible y aborrecido centralismo que se manifiesta en gran parte de las acciones y omisiones del poder capital.
El agudo comentarista Alberto Velásquez Martínez citó la semana pasada, en su Escotilla, dos ejemplos patentes del nefasto dominio centralista. Y nada menos hace algunos días hicimos en el aula magna de la Universidad Pontificia Bolivariana la jornada anual del programa ¡Vive el español en la UPB!, esta vez para hablar, con la presencia del expresidente Belisario Betancur y un grupo de meritorios profesores y escritores, los 150 años de María, de Isaacs; los 50 de Cien años de soledad y los 500 de la Ortografía de Nebrija.
De Jorge Isaacs trataron los ponentes con la profundidad y la amenidad características de este evento universitario. A propósito, es muy valiosa la biografía novelada del testarudo poeta, guerrero, político, explorador y pésimo negociante que fue Isaacs, escrita por María Cristina Restrepo, con el título de Verás huir la calma. ¿Por qué el afecto de él hacia Antioquia, donde llegó a ser jefe civil y militar por algunos días, y su voluntad de que sus despojos mortales reposaran en Medellín?
En uno de los coloquios de la Jornada, Darío Ruiz Gómez habló de la revolución radical en Antioquia (Isaacs la narró en una obra, cuando había dado ya el brinco del conservatismo al liberalismo, “de las tinieblas a la luz”, como dijo) y de cómo fue una prueba de la Ilustración en esta región. Belisario Betancur recordó su Declaración de amor, del modo de ser del Antioqueño: Aquí a todos, sin diferencias, nos anima el sentimiento de resistir cuando nos desafían, cuando nos ponen grandes retos y cuando nos coartan la libertad.
Es un espíritu que se subleva contra cualquier forma de despotismo y, por supuesto, que detesta el centralismo: Córdova, que se le rebeló a Bolívar; Pascual Bravo, Berrío, Uribe Uribe, todos han personificado y liderado ese espíritu y ese modo de ser del antioqueño. Isaacs quería tanto a Antioquia por esa afinidad electiva, porque aquí se le canta el himno entrañable a la Libertad. Sea cual fuere el destino de cualquier iniciativa o movimiento regionalizador, federalista, contra el centralismo, ha primado siempre ese modo de ser del antioqueño.