ESTAMOS VIVIENDO EN EL MUNDO CONSTRUIDO POR KLOUT
Por LIRIEL HIGA
redaccion@elcolombiano.com.co
Creo que mi puntaje en Klout me ayudó a conseguir mi primer empleo trabajando con Nicholas Kristof. En el 2012, cuando yo estaba entrevistando para trabajar con él, él mencionó mi calificación en el sitio, el cual clasifica la influencia de medios sociales. Era alto para una persona que no era un periodista bien conocido, y él era un gigante en los medios sociales, así que siguiendo el consejo de un amigo yo lo incluí en mi hoja de vida. El se dio cuenta, y ahora somos colegas en The New York Times.
Ahora me estremezco ante la idea. Es como alardear sobre mi promedio de secundaria. Cuando Klout anunció la semana pasada iba a cerrar, recibió un velorio en internet alimentado por burlas por parte de, por supuesto, personas con altos puntajes de Klout.
“Siento que este puntaje de @Klout debió ayudarme a entrar a más fiestas”, tuiteó Anil Dash, con un descrestante 84 en una escala de 1 a 100.
Eve Peyser bromeó, “Es triste que Klout está cerrando - qué otro servicio me va a felicitar por ser experta en gota?”
El 25 de mayo, Klout cerrará, pero no porque lo que quiso hacer fuera irrelevante. Al contrario: Klout está cerrando porque, bueno, estamos viviendo nuestros puntajes de Klout ahora. La “economía de influencia” está prosperando, y ha creado un nuevo vocabulario. Acabo de alcanzar 500.000 fans en Facebook! Mi video en YouTube se volvió viral. ¿Dios mío, viste quién comentó sobre mi post en Instagram? Soy tendencia alrededor del mundo. Me registré tantas veces que soy el alcalde de mi bar local.
Me complació recibir un impulso profesional por parte de la influencia de las redes sociales; hoy, carreras enteras se basan en él. En nuestro mundo impulsado por los influenciadores, a Kim Kardashian le pagan $500.000 por promocionar un producto en Instagram. La colocación de productos en las redes sociales es tan desenfrenada que Olivia Wilde se sintió obligada a incluir el hashtag #notanad cuando publicó una foto de zapatos nuevos fabricados de forma sostenible por Nike.
Las ventajas no son sólo para las superestrellas. Alexandra Michelle (430.000 seguidores en Instagram) publica videos cautivadores y promociona la compañía que surte su vestuario: “Vestimenta por mi familia yoga @spiritualgangster”. Laura Izumikawa comparte fotos y videos de su adorable hija en Instagram, y el Día de la Madre sus 628.000 seguidores tuvieron la oportunidad de ganar una cartera, zapatos y un collar.
Los influenciadores aspirantes no tienen que esperar a que las compañías les den regalos o dinero en efectivo. En FameBit, cualquier persona con 5.000 suscriptores o seguidores en YouTube, Twitter, Tumblr o Facebook puede proponer proyectos a patrocinadores en una variedad de temas. Y si las compañías no tienen los $500.000 para conseguir una mención de Kardashian, pueden ir a Shoutcart, ver los seguidores sociales de miles de personas influyentes menores y comprar un reconocimiento por tan solo $ 1.
Claro que existe peligro en todo esto. “Espejo Negro”, el programa de televisión de ciencia ficción, nos mostró lo que sería un mundo como este al extremo. En el episodio de 2016 titulado “Nosedive,” las personas constantemente son calificadas por amigos, colegas y hasta personas que pasan por la calle. Las personas cuyos puntajes bajan demasiado en la escala de 5 puntos tienen prohibido alquilar carros buenos, hacer reservaciones, y hasta entrar en los edificios donde trabajan.
Nuestra protagonista, Lacie Pound, tiene un sólido 4.2 pero quiere mudarse a un conjunto de apartamentos lujoso que ofrece descuentos a quienes tienen 4.5 o más. Su plan para aumentar su puntaje tiene que ver con hacer un excelente discurso en un brindis en un matrimonio, el cual tiene una lista de invitados llena de personas con puntajes altos. Ser amigable con el barista no bastará; ella necesita personas con altas calificaciones para darle cinco estrellas.
Pero lo que parece una parodia no es tan diferente de nuestro mundo en el 2018, y no estoy hablando sólo del reto de conseguir una carrera cuando tiene un bajo puntaje de Uber. Una historia reciente en Wired sobre ránquines sociales en China examinó a Zhima Credit, que no sólo considera si usted paga sus cuentas a tiempo “sino también lo que compra, los títulos que posee y los puntajes de sus amigos”. Su director ejecutivo fue citado diciendo que Zhima Credit “asegurará que las personas malas en la sociedad no tengan un lugar adonde ir, mientras que las buenas personas pueden moverse libremente y sin obstáculos”