Columnistas

Estándares

20 de mayo de 2020

Por Felipe Arroyo Meza

Universidad Eafit
Facultad Economía, semestre 8
felipearroyo2009@hotmail.com

Destacables y mediocres a la vez, dicen muchos. Lo primero se explica en gran medida por el correcto manejo de coyunturas que las autoridades le han dado a la economía, solo por decir que somos el único país que no ha decrecido en su economía (incluyendo el reporte del PIB del primer trimestre del 2020, con la coyuntura de la pandemia mundial), desde la crisis de 1999. Los roles del Ministerio de Hacienda y más, del Banco de la República en el manejo fiscal y monetario han sido destacables, y es que esto va más allá de espectros políticos, los mismos indicadores macroeconómicos nos muestran que aun con la volatilidad durante los años, la tendencia ha sido al crecimiento, y siendo tan dependientes a variables como el petróleo o últimamente a la demanda interna.

Compararnos en América Latina es totalmente válido. Parafraseando al economista del MIT, Daron Acemoglu, si bien compartimos una posición geográfica, problemas como la corrupción, violencia, políticos mediocres y una cultura bastante similar, cómo es que la economía del país se destaca de otras como Argentina, Brasil o México. Considero que todo radica en la estructura de la economía nacional que, si bien tiene demasiado por mejorar, los ocupantes de los altos cargos han sido responsables (dejando a un lado escándalos mediáticos personales) por lo menos desde el inicio del siglo, la política ha interferido poco, y la tecnocracia se ha ocupado de tratar temas concisos donde los legisladores suelen interrumpir, como el hoy en día proyecto del senador David Barguil apodado “Borrón y Cuenta Nueva” el cual tiende a una notoria desestabilización del sector bancario generando problemas de asimetría de información, tal y como lo expresó Asobancaria.

Después de tanto revuelo en torno a la adhesión de Colombia a la Ocde, el país ya es formalmente parte del apodado grupo de los “países ricos”, algo que claramente no somos. Queda por seguir las mejores prácticas que este pueda recomendar para mejorar, y a partir de ahora tener otro referente de comparación, pues si bien de la región nos destacamos, a nivel global estamos rezagados y tenemos que combatir lo que para mí son los focos de atraso: el enfoque de los programas sociales (contra la informalidad, desigualdad, desempleo) y el populismo nacionalista que tanto mal demuestra hacerle a otros países, pero que al parecer aquí en ese aspecto, no nos gusta compararnos.

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