Exclusión y silenciamiento de la mujer en la u.
Las más de 200 académicas que conforman la Red Colombiana de Mujeres Filósofas expresaron en un comunicado su radical desacuerdo con el resultado del Concurso Profesoral 2018, hecho por el Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional.
El argumento de las mujeres filósofas es central, porque señala una injusticia: la perpetuación de las desigualdades basadas en el género. El caso de este departamento es problemático. La proporción de profesores y profesoras de planta es de 94,5 % hombres frente a 5,5 % mujeres. ¿Esto es resultado de la exclusión del sexo femenino? o ¿hay otras situaciones estructurales e históricas que han determinado que trabajen allí 16 hombres y una mujer?
Hay problemas que en esta discusión no han sido tratados suficientemente. El congelamiento de la planta profesoral de las universidades públicas desde 1992 es una política estatal neoliberal. Filosofía no hace concursos docentes desde hace trece años. Esta política es injusta, porque ha impedido el crecimiento de las facultades y departamentos de las universidades públicas y porque ha imposibilitado que alcancen el nivel de cobertura que requiere el país para que los estudiantes de más bajos recursos puedan llegar a la universidad. Se calcula que hoy se requerirían 500.000 nuevos cupos para poder dar a todos los jóvenes la oportunidad de hacer estudios superiores.
¿Cuántos profesores se necesitarían si esos 500.000 cupos se ofrecieran? ¿Cuántos para filosofía? El grave problema es que no se crean plazas y las universidades están además en una situación de desfinanciamiento.
Así tenemos dos tipos de injusticia: la que señalan las filósofas, que demandaría una rectificación mediante una política de cuotas basada en el género, y las injusticias estructurales que solo pueden ser corregidas a través de cambios institucionales básicos, o en la estructura del poder. Un problema del argumento de las feministas en esta denuncia descansa en que no consideran las injusticias estructurales.
Para ilustrar las cuestiones de justicia distributiva se ha utilizado el ejemplo de la distribución de una torta. Si la torta va a ser distribuida pueden darse diferentes razones para una distribución desigual: necesidad, derechos adquiridos, el mérito, la posesión de determinadas características. Estas son razones relevantes. Los liberales igualitaristas dicen que si no se presentan razones relevantes, no queda más que la distribución igualitaria, la cual no requiere de justificación. La fundamentación para defender cada una de las excepciones a la distribución igual, la deben hacer los interesados. Proponer una política de cuotas basada en el género para nombrar un docente, es una excepción a la distribución igual. Considero que aunque justa, hacen falta argumentos para fundamentar esta excepción.
Este asunto hay que mirarlo frente a una realidad histórica en la que la torta no está completa. Es una torta desfinanciada, sin plazas para nuevos profesores/as. La lucha política es por la torta, y cuando tengamos torta habrá que distribuir las porciones, dando razones relevantes. Pero mostrar las injusticias estructurales debe ir a la par con señalar las injusticias que producen las estructuras de poder que hemos construido.