“FALDAS BIEN AMARRADAS”
Anna Frank, una adolescente judía que a sus trece años se escondió por dos años de la persecución de Hitler en un ático en la capital holandesa donde estuvo junto a su familia. Está entre las personas que más admiro. Anna, plasmó en un diario sus vivencias y pensamientos en esas condiciones de encierro. El Diario de Anna Frank fue publicado por su padre Otto Frank, una vez terminó la guerra y hoy es uno de los libros más leídos de la Historia.
En los últimos meses, tras la cruel guerra de Siria, reconociendo que las mujeres somos las más golpeadas en todos los escenarios, algunas niñas y jóvenes sirias han apropiado las redes sociales para contarle al mundo el horror de la guerra. Algo muy parecido a lo que hiciera Anna Frank. Incluso me atrevo a poner en la misma canasta de la adolescente judía, a la joven paquistaní Malala Yousafzai, Premio Nobel de Paz de 2014, quien lucha en Oriente por la educación de las niñas.
Ante todos los hechos recientes en contra de las mujeres y las niñas, la tentación a ser pesimista nos invade a más de una persona. Pero este año he conocido a mujeres y niñas, cercanas y ciudadanas de a pie, quienes nos demuestran a todas las personas a su alrededor que no todo está perdido.
Le dan vida a mi palabra favorita de este año: Sororidad, o hermandad entre mujeres, que me la enseñó la Comunicadora Social experta en emprendimiento y mercadeo, Paola Rueda López. Una mujer con “la falda muy bien amarrada”, quien hace poco publicó un libro de testimonios de emprendedoras, el texto que recomiendo leer se llama: Historias de Negocios Altamente Inspiradoras Mujeres. Paola alienta a mujeres y organizaciones a generar oportunidades de inclusión laboral y empoderamiento femenino.
La mayor dosis de optimismo llegó a mí vestida de brujas. La semana pasada conocí a las jóvenes del colectivo ciudadano Castillo de Brujas, un grupo surgido a comienzos de este año en el Barrio Castilla, de Medellín. No pude ocultar la alegría que me produjo escucharlas hablar de posturas sociales y ciudadanas para construir el entorno adecuado para la realización femenina, o como ellas dicen “construir su propio castillo”, reivindicando a las brujas como figuras de liderazgo y empoderamiento femenino, y no como las malas del cuento.
Por esos mismos días, me encontré a Cecilia Murillo Palomeque, emprendedora de la Fundación Moda y Flores que trabaja por el mejoramiento e integración a la vida social y productiva, de las mujeres con capacidades grandiosas y pocas oportunidades. La Fundación está estrenando su agenda 2017, con fotografías hermosísimas de mujeres con discapacidades.
Y para completar mi optimismo coincidí con una súper mujer: la Filósofa Beatriz Restrepo, quien es una lideresa en temas educativos y quien lideró los estudios que le dieron vida a Buen Comienzo, la exitosa política pública de Primera Infancia de Medellín.
Como dicen las abuelas: seamos mujeres con “la falda muy bien amarrada”.