Fico, el nuevo alcalde
Hay un nuevo criterio para hacer política en Medellín. Eso lo demuestra la elección de Federico Gutiérrez como alcalde de la ciudad, pues es el resultado de un trabajo consciente que él y su equipo han hecho y que caló profundamente en 244.636 personas que le entregaron más allá de un sufragio, un voto de confianza para que la ciudad sea un espacio distinto, un espacio incluyente, donde debe imperar el criterio cívico y las ganas de hacer las cosas participativamente alejándose de las mañas tradicionales.
A Fico lo conozco muy bien, desde época de colegio. Tiene una familia valiosísima que lo respalda, que lo quiere, con ángeles en el cielo que lo cuidan y lo acompañan. En él hay garantía de que es intachable y que se rige por un pensamiento distinto, fresco, refrescante, algo que le permite identificarse con miles de personas que sueñan a Medellín diferente, progresista, convencida de que con la fuerza de todos, en cohesión, puede solucionar sus problemas estructurales –que son muchos- pensando en la gente y por la gente. No es necesario decir más para asegurar con las manos en el fuego que Fico es un tipazo y que tiene todo para hacer de Medellín lo que él se sueña: un espacio ideal con todo el potencial para que 2,3 millones de habitantes sean felices, con justicia, seguridad y oportunidades para las próximas generaciones, entre las cuales se incluyen sus hijos.
Federico le ganó a la maquinaria tradicional. De hecho, creó otro tipo de maquinaria, la de la gente. Eso sí es una propuesta de valor y hoy en día ganan los que generan valor. Medellín quiere eso. Por eso, ha apostado en los últimos años a proyectos independientes que con Federico alcanzan una máxima expresión, confirmando así que los medellinenses copian personas que proponen, que les hablan con sinceridad, con las mangas remangadas, que los miran a los ojos, porque eso los hace más humanos, más cercanos, accesibles, menos pedestaludos, menos extremistas. Así llegó en su momento Fajardo a la Alcaldía: caminando las calles y funcionó.
Hoy, Federico repite fórmula a su estilo, con mucha suela gastada en la calle y el reconocimiento de la gente, que le da de entrada una prima grande de éxito. Eso sí, tiene un gran reto: cumplir con su leitmotiv de campaña, Mi responsabilidad no es con los partidos, es con vos. Una promesa potente e incluyente, sobre la cual ha sido coherente. Punto clave, porque lo blinda del olor rancio de la política tradicional. De hecho, constituye un indicador de gestión sobre el cual la ciudadanía estará atenta a que se cumpla, porque de no hacerlo significa la caída de nalgas al atolladero de su propuesta de gobierno.
¿Cómo pinta el panorama político? No dudo que tendrá gobernabilidad. Con su propuesta de gobierno, en la que impera el contacto directo con la gente, la visión de combate integral a la inseguridad, las soluciones prioritarias a la movilidad, la infraestructura como componente de desarrollo y el acceso a la educación superior para potenciar las oportunidades de las personas, puede navegar entre el fajardismo y los preceptos de seguridad del Centro Democrático, las dos fuerzas políticas más importantes en la ciudad. De hecho, Federico tiene influjo ascendente sobre ellos. A esto se suma la puerta abierta para aglutinar a otras vertientes como los liberales, pues hay personas que lo pueden ayudar como Eugenio Prieto. Y si además incluimos su gente en Concejo, renovada, joven y con formación, el panorama está despejado. Así, la probabilidad de una coalición fuerte a su favor es muy viable. Eso garantiza gobernabilidad desde el punto de vista que debe ser: el de una administración ejecutiva y práctica, cívica, incluyente, que a la hora de prometer, cumple.
A Fico, mi abrazo. Se merece esto y mucho más, porque quiere a esta ciudad. No dudo en que sabrá gobernar, que se rodeará de personas que vibran con su propuesta, personas llenas de carisma y convencimiento de que Medellín debe crecer como sociedad, dar un paso adelante y capitalizar el buen ambiente que se ha creado en torno a ella, pero que necesita confirmarse para que no sea un bluff. Como ciudadano siento que ganó la ciudad y eso es una tranquilidad muy grande para los años venideros.