Finaktiva
Emprender en nuestro país no es una tarea fácil. La regulación, los trámites, cada día nuevos decretos, resoluciones o circulares que hacen imposible que un emprendimiento sobreviva sin la ayuda de un abogado, contador, revisor fiscal, tributarista, etc. Todo lo anterior hace que buena parte del capital, que podría ser de trabajo, termine destinado a asesorías. Esto a la postre lleva a que muchos emprendimientos nazcan apenas con futuro.
Tal vez, uno de los temas más complejos para un emprendedor es acceder a financiación en sus etapas iniciales, momento en el cual las ventas son poco representativas, la capacidad de aportar garantías es casi nula y se cuenta con cero historia crediticia. He visto cientos de emprendedores, con buenos productos y servicios morir en su etapa inicial, por falta de acceso a crédito. Gente talentosa que después de una amarga experiencia termina buscando empleo y el país perdiendo la posibilidad de ver nacer una nueva empresa que genere desarrollo y posibilidades a más colombianos. No importa si se cuenta con un buen modelo de negocio, un producto novedoso o inclusive un perfil emprendedor con gran resiliencia, capacidad visionaria y espíritu indomable, todas cualidades que, al final, cuentan poco para que un emprendedor sea sujeto de crédito. Sin garantías, es utópico acceder al capital para financiar un emprendimiento en Colombia.
Sin embargo, en medio de las dificultades siempre habrá quién lea una oportunidad, la capitalice y genere valor a todos. A Pablo Santos lo conocí en la Andi del Futuro, soñador, excelente financiero y conocedor de los dolores de los emprendedores. Hace ya casi una década crea Finaktiva, start up dedicada a la financiación de buenas ideas, de proyectos de futuro. Por fin, un emprendedor que entiende cómo piensa un emprendedor, conoce las realidades del ecosistema, de una financiera que acompaña los negocios hombro a hombro.
La importancia de este tipo de iniciativas la ilustra bien la siguiente anécdota. Hace algún tiempo, fui testigo de cómo una empresa ilíquida, con potencial de mercado, con un gran emprendedor detrás de ella, a la cual tres bancos le cerraron las puertas y cuando estaban al borde del abismo, listos para cerrar apareció Finaktiva. Esta empresa vendía unas pocas toneladas de su producto al mes, hoy vende más de 5.000, tiene indicadores financieros saludables, gracias a ello está generando adyacencias en innovación para tener más valor agregado en sus productos y, es un gran empleador en una subregión por fuera del Valle de Aburrá.
Como Finaktiva también Sempli sigue el mismo camino. Esteban Velasco, su fundador, emprendedor como Pablo Santos y gran conocedor del ecosistema de emprendimiento e innovación, son dos personajes que con valentía y mucho conocimiento que están cambiando el paradigma de que lo que más importa es la garantía a la hora de un crédito.
Sin lugar a dudas estos dos personajes cambian vidas, potencian sueños, renuevan esperanza y hacen de Colombia un mejor país, prestando a los emprendedores que más lo necesitan, probablemente con un gran olfato sobre todos los proyectos que les llegan día a día, pero sobre todo con tecnología. A ellos y a todos quienes están en el mundo Fintech gracias, porque están llegando a un segmento donde el valor que agregan es inmenso para Colombia.