Columnistas

FORTALEZA INSTITUCIONAL PARA EL POSACUERDO

12 de agosto de 2016

Supongamos un escenario que en las circunstancias actuales es bastante posible: Se suscriben los acuerdos de La Habana y se refrendan con 4.500.000 votos, suficientes para alcanzar el umbral del 13 %. Ante esta circunstancia, es necesario reflexionar sobre algunos eventos que deben darse para el desarrollo de una sociedad en posconflicto.

No cabe duda que el primer elemento, luego de la aceptación de los acuerdos para la realización de la denominada nueva convivencia, es el fortalecimiento de las instituciones y fundamentalmente la creencia de la sociedad en la fuerza y transparencia de esas instituciones. Es aquí donde surge una evidente preocupación. Unas instituciones desprestigiadas, movidas por la corrupción, por intereses personales, favoritismos, amiguismos y favores, no son garantía para una sociedad que quiere cambiar sus paradigmas de convivencia.

Los resultados de la encuesta Colombia Opina Agosto 2016 – Análisis de IPSOS - Napoleón Franco, son inquietantes en este sentido. En efecto, el 71 % de los ciudadanos piensa que Colombia va por mal camino, el 74 % cree que la situación económica va muy mal, el 59 % considera que el país es menos seguro que cuando inició el primer periodo Santos, el 63 % es pesimista respecto los diálogos con las Farc, el 59 % va a votar en el plebiscito y de este universo solo el 39 % va a optar por el SI (en todo caso, una cifra mayor al umbral requerido del 13 %).

Lo verdaderamente preocupante es la percepción negativa y la falta de credibilidad en las instituciones. El Presidente de la República tiene una imagen desfavorable del 71 %. El 73 % de las personas se sienten insatisfechas con el trabajo del Presidente, solo el 26 % aprueba su gestión y solo el 35 % respalda su trabajo en el tema de la paz.

En general, únicamente el 23 % respalda a Santos. Estas cifras son críticas, pero digamos que en la dinámica del poder político, son relativamente “normales” al momento de evaluar la gestión de los gobernantes.

Pero la mayor inquietud surge de la evaluación de las demás instituciones: El 58 % no confía en la Procuraduría General de la Nación y un porcentaje similar, tampoco, en la Contraloría General de la República, el 76 % no cree en las Altas Cortes y el 81 % no confía en general en la justicia, el 77 % no cree en el Gobierno y el 82 % tampoco acepta al Congreso, hasta el punto que el 77 % considera que se debe disminuir el número de congresistas.

Los resultados de la encuesta, que en términos generales se repiten y se vienen repitiendo en distintas fuentes, dan a entender que para adquirir la categoría de una sociedad estable luego de un conflicto armado, es necesario introducir serias “reformas de fondo” respecto la manera como se integran y actúan las distintas instituciones.

Mientras no haya un alto grado de credibilidad en ellas, el concepto de paz y de posacuerdo no pasará de ser retórica y el país continuará moviéndose en peligrosas oleadas de violencia y anarquismo.