Francisco y Kirill, tras un milenio de rupturas
¡La división entre nosotros los cristianos es un escándalo!, dijo el Papa Francisco en una audiencia general el 22 de enero de 2014 y lo ha repetido en diversas ocasiones. El pasado viernes se dio un paso adelante para aliviar esta ruptura con el encuentro entre el Pontífice y el patriarca Kirill de la Iglesia Ortodoxa Rusia, luego de 962 años de desencuentro entre ambos credos.
Ya había ocurrido en 1964 otro encuentro histórico entre Pablo VI y el patriarca Atenágoras, cabeza de Constantinopla. Hoy, su sucesor, el actual patriarca Bartolomé I tiene una gran afinidad con el actual pontífice.
El encuentro realizado en el aeropuerto de La Habana tiene una relevancia especial porque Kirill es la cabeza de la mayoría de fieles de la Iglesia Ortodoxa.
Sobre este encuentro, el padre Stefano Capiro, profesor del Pontificio Instituto Oriental de historia y cultura Rusa en Roma, dijo en entrevista con el portal Aleteia que ha sido “bien percibido por los ortodoxos, que lo ven como un papa que no pretende imponerse a los demás, sino que quiere ponerse al servicio de la comunión”.
En la declaración conjunta que firmaron ambos líderes sobresale la solidaridad con los cristianos perseguidos en Medio Oriente y África del Norte, como un elemento que los une. Muchos hermanos en la fe han tenido que huir y muchos otros han sido asesinados a causa de sus creencias o han sido testigos de la quema de templos y lugares de peregrinación debido a la crueldad del fundamentalismo islámico que quiere eliminar cualquier rastro de cristianismo en sus tierras. Es el deseo de paz y de libertad religiosa, ha logrado superar siglos de división entre los ortodoxos rusos y los católicos: “Es inaceptable el uso de medios incorrectos para obligar a los fieles a pasar de una Iglesia a otra, dejando de lado su libertad religiosa y sus propias tradiciones”, dice la declaración, la cual se ha manifestado también de manera especial frente a la crisis que vive Ucrania, donde la lucha entre diferentes grupos ortodoxos se da más por motivos políticos que religiosos. “Instamos a nuestras Iglesias en Ucrania a trabajar para lograr la armonía social, abstenerse de participar en la confrontación y de apoyar el desarrollo del conflicto”, dice el documento.
La declaración firmada por los dos líderes busca más los elementos que unen ambas religiones: la defensa de los valores como la familia basada en el amor de un hombre y una mujer, el respeto por el no nacido y por el enfermo terminal. Puntos que también se tocaron en la declaración conjunta y por lo cual, dijeron el Papa y el Patriarca, “hace urgente la cercanía entre ambas iglesias”.
Por eso, como dijo el periodista Salvador Aragones el pasado 13 de febrero, el Papa Francisco y el Patriarca Kiril han comenzado un “camino hacia el deshielo, la colaboración y con la vista puesta en una unión futura, que hoy se concreta en la colaboración recíproca en los ámbitos de acción social y pastoral”.