Columnistas

Fuerzas Armadas, invaluables hoy

17 de septiembre de 2019

En la década de los años 90, cerca de 225 alcaldes de nuestros municipios se habían tenido que desplazar a las capitales de sus departamentos, porque las Farc les imposibilitaban gobernar. Transitar por gran parte de nuestras carreteras equivalía a arriesgar la vida en forma innecesaria. La comunidad internacional consideraba a Colombia como un país inviable.

Algún destacado empresario antioqueño consideró entonces imposible que nuestras Fuerzas Armadas recuperaran grandes zonas del país, y, en consecuencia, recomendó pactar con las Farc de igual a igual, algo que realizó años más tarde el gobierno de Juan Manuel Santos. Prueba de esta imposibilidad la constituyó el fracaso de nuestras Fuerzas Armadas en su asalto al cuartel de las Farc en la Uribe, Meta, durante el gobierno del presidente César Gaviria.

La ‘seguridad democrática’ del presidente Álvaro Uribe propuso un papel más activo en la lucha del Estado y sus instituciones frente a la amenaza de los grupos narcotraficantes. Cuando terminó su mandato, los jefes de los grupos subversivos se escondían en Venezuela y Ecuador, y los guerrilleros rasos en el monte. El éxito de la erradicación de los cultivos de coca con glifosato durante su mandato redujo el área de estos a unas 62.000 hectáreas frente a las 208.000 existentes a la fecha.

Debilitar las Fuerzas Armadas figuró como una de las condiciones veladas de las Farc para firmar la paz con el presidente Santos. Recordemos aquel episodio en el cual le solicitaron los militares armas, artillería, que no los trasportaran en camiones para ganado... a su ministro de defensa, señor Luis Carlos Villegas, a lo cual les respondió en forma displicente: Como no hay dinero, no esperen ni armas ni artillería, ni nada...

El gran coronel Hernán Mejía Gutiérrez, en entrevista en La Hora de la Verdad, dijo algunas frases que me atrevo a reproducir: “Nuestro glorioso Ejército no cuenta con seguridad jurídica, no dispone de medios para combatir, ni del sustento logístico requerido para realizar operaciones en profundidad... Insistió, mas no hay hombres con capacidad de decisión para usar las armas y la artillería”.

“No existe un comandante que se atreva hoy a realizar un ataque. Sí; tenemos armas y artillería, pero no hay hombres que se atrevan a usarlos, porque los soldados temen que por enfrentar el enemigo los pongan presos. Recalcó: es necesario que los colombianos rodeen a su Ejército. Estimo como algo apremiante, ineludible, reactivar la Justicia Penal Militar”.

A pesar de las bajas no acaecidas en combates, de los salvoconductos de armas negociadas por dinero para algunos militares, del dinero desviado para sus gastos personales y de las demás corrupciones censuradas en algunos pocos integrantes de nuestras las Fuerzas Armadas, la imagen positiva del Ejército ocupa todavía el primer lugar en el país, con el 68% en las encuestas. Hace algunos años era del 80%.

El retorno a las actividades criminales de alias Iván Márquez, Jesús Santrich y compañía nos obliga a rodear al Ejército sin vacilar, tal como recomienda el coronel Mejía Gutiérrez.