Ganadería, a asentar bases
El sector ganadero del país enfrenta en estos días dos asuntos críticos que, aunque en apariencia son de corto plazo, tienen una marcada influencia para su desarrollo futuro.
De una parte, se avanza en el proceso licitatorio para definir el nuevo administrador del Fondo Nacional del Ganado, que es el fondo parafiscal del sector ganadero y que maneja los recursos provenientes de la ganadería de carne y de leche.
Lo que ha pasado en este tiempo ha mostrado que el sector ganadero está muy dividido y que, aparentemente, no hay una organización gremial sólida y capaz que aglutine y represente los diversos intereses del sector.
Esto hace que, de ser asignado el manejo del Fondo a alguna de las entidades que actualmente aspiran a su administración, se corra el riesgo de que no se genere el consenso necesario para responder, de manera eficaz y transparente, a los retos que esta tarea implica.
No hay que olvidar que el Fondo Nacional del Ganado es un fondo parafiscal y que como tal constituye un instrumento estratégico para apalancar el desarrollo del sector ganadero.
En momentos en que los TLC (especialmente los suscritos con Estados Unidos y Europa) avanzan en la implementación de los cronogramas acordados y, por tanto, los niveles arancelarios están disminuyendo y los contingentes de importaciones que están entrando al país crecen, el uso que se haga de los recursos del Fondo resulta fundamental para la implementación de programas de reconversión productiva en las actividades de carne y leche.
Solo con base en la puesta en marcha de sólidas acciones de investigación, tecnología e innovación en el sector ganadero será posible asegurar mayores niveles de productividad y competitividad con los que se compita con la oferta externa y se avance en la conquista de nuevos mercados para asegurar una oferta creciente de exportación, pues Colombia tiene en las actividades de carne y leche interesantes oportunidades de desarrollo exportador.
Las posibilidades de exportación de leche y la situación actual de sobreoferta interna de este producto, así como las dificultades y los enfrentamientos que de ella se generan entre los ganaderos y la industria láctea, constituyen la otra coyuntura que se vive en el sector.
Esta pone de presente que en la actividad lechera subsisten problemas estructurales que deben resolverse para tener un desarrollo armónico en la cadena láctea y hacer de esta una actividad altamente productiva y competitiva.
Mientras el desarrollo del subsector lechero se base en altos niveles de protección y el precio interno se mantenga (administrativamente) alejado del internacional, será muy difícil que en el país se establezcan las bases para tener una actividad fundamentada en altos niveles de productividad y con una clara proyección exportadora.
El Gobierno debe ser consciente de que la forma como se enfrenten la designación del administrador del Fondo Nacional del Ganado y la solución a la sobreoferta de leche tiene implicaciones que van más allá de la coyuntura actual. Ojalá que en dichas decisiones primen los intereses de desarrollo del sector sobre los políticos.