Grito de autonomía
Por Felipe Osorio Vergara
Universidad de Antioquia
Facultad de Periodismo, 1° semestre felipeosoriov@hotmail.com
Julio podría ser denominado como un mes patriótico y revolucionario para los americanos en general, pues es en este mismo mes en el que EE. UU. conmemora su independencia el día 4, Venezuela hace lo propio el 5, Argentina el 9, Perú el 28 y Colombia el 20 de julio. Así pues, estando próximos a la conmemoración de la “independencia” de Colombia, es menester entender por qué el 20 de julio de 1810 no debería rememorarse un grito de independencia, sino un grito de autonomía.
Desde comienzos de 1810, los criollos neogranadinos se habían planteado la necesidad de crear juntas gubernativas ante el avance de las tropas francesas en España, el encarcelamiento en Bayona (Francia) del rey Fernando VII por parte de Napoleón Bonaparte, y la disolución de la Junta Central Suprema. No obstante, el virrey Antonio Amar y Borbón se había opuesto con firmeza a esta idea, así que los criollos trataron de conspirar para obligar al virrey a aceptar la instalación de la junta en Santafé, por lo que diseñaron un plan que buscaba desatar una revuelta el viernes 20 de julio, día de mercado, para que fuera la población quien presionara al virrey. Según los relatos de José Acevedo y Gómez, un chapetón insultó a los americanos y ese fue el detonante para que la muchedumbre, arengada por los criollos, exigiera al virrey la conformación de un Cabildo Abierto, situación que sucedió en el atardecer de ese 20 de julio de 1810. Es prudente hacer la salvedad que el 20 de julio no hay proclama de independencia alguna, incluso, se seguía reconociendo como rey a Fernando VII, pero en esa fecha sí hay un grito de autonomía del criollaje para con el gobierno monárquico, pues aunque seguían reconociendo al rey, la Junta de Santafé desconocía a cualquier otra autoridad proveniente de la Metrópoli.
Finalmente, en agosto de 1810 se encarceló al virrey Amar y Borbón, y otras provincias siguieron el ejemplo de Santafé y conformaron sus propias juntas gubernativas, por lo que Santafé convocó a un Congreso General del Reino con miras a organizar la administración. Sin embargo, el centralismo santafereño chocó con el federalismo de antioqueños, tunjanos y cartageneros, llevando, desde el inicio, a la desunión de la Primera República, tan célebremente recordada, gracias a Nariño, como la “Patria Boba”.
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