Hacer más con menos
Por Piedad Patricia Restrepo*
@MedComoVamos
Medellín ha sobresalido como la ciudad de mayor inversión pública per cápita en los últimos años en el país. Al contrastar estas cifras con algunos resultados sociales que no se mueven a la velocidad requerida, especialmente para cerrar las brechas que aún están vigentes en la ciudad, la pregunta obligada es ¿dónde se están invirtiendo los recursos? ¿Qué tan eficiente está siendo la inversión?
En un marco de solvencia financiera, las decisiones de inversión pueden llegar a ser menos reflexionadas. Esto es, pueden darse sin un soporte de evaluación de la política, generando mayores incentivos a asignar de forma ineficiente los recursos.
Precisamente, en la discusión reciente en torno a lo poco ambiciosas que fueron las metas planteadas inicialmente en el anteproyecto del Plan de Desarrollo de Medellín y los argumentos de la Alcaldía en cuanto no contaban con los recursos financieros suficientes en relación con la pasada administración, viene a colación la relevancia de fortalecer la evaluación de impacto de los principales programas y proyectos de la administración pública local.
Dos ejemplos pueden mostrar la relevancia de lo anterior. En días recientes se presentaron varias evaluaciones de impacto de políticas ligadas a la atención integral de la primera infancia en Colombia. Una de ellas contó con el auspicio del sector privado, el cual viene colaborando con la política de Cero a Siempre del Gobierno Nacional a través de algunas mejoras introducidas a la modalidad de atención en los hogares del ICBF.
Los resultados del estudio son muy interesantes. En nutrición, brindar más del 70 % de los requerimientos nutricionales diarios parece tener efectos negativos sobre el peso adecuado para la talla y el sobrepeso, según el Índice de Masa Corporal. En otros términos, el aporte nutricional extra que estaba otorgando la Fundación Éxito a los Hogares del ICBF resultó contraproducente, pues terminó otorgando más calorías de las que realmente necesitan los niños que asisten a los hogares.
Por el contrario, hubo un efecto positivo, comparable a intervenciones de buena calidad en Latinoamérica, en el desarrollo cognitivo, lenguaje, y aprestamiento escolar, para los niños de los hogares que contaron con el apoyo de la Fundación Éxito.
También se presentaron los resultados de la evaluación de la modalidad de atención Había una Vez, del programa Buen Comienzo, en Medellín, realizada por el Banco de la República en 2011, donde una de las más importantes conclusiones fue que el impacto es mayor en el peso y talla de los recién nacidos cuando las mujeres reciben atención prenatal temprana (seis o siete meses antes del nacimiento) y asisten a consultas con frecuencia.
Las implicaciones de estos resultados saltan a la vista: en el primer caso, reasignar recursos es un imperativo o, incluso, redefinir los objetivos iniciales e invertir menos recursos. En el segundo caso, la política debe ajustarse creando incentivos para garantizar que las madres gestantes asistan más temprano y con mayor frecuencia a los controles prenatales.
En resumidas cuentas, la posibilidad de hacer más con menos es posible siempre y cuando se cuente con un sistema de evaluación de impacto que soporte las principales políticas y programas. Este es el principal reto para la administración municipal.
* Coordinadora de Medellín Cómo Vamos.