“Hidalguía se escribe con H”, Klim
La frase “Hidalguía se escribe con H” del famoso y ya desaparecido periodista Lucas Caballero Calderón, Klim, en el libro “Yo, Lucas”, podrían aplicarla hoy los fustigadores del expresidente Uribe y su familia y bajarle el tono a los constantes y ponzoñosos ataques contra él.
Aunque admiro y sigo las orientaciones del expresidente, reconozco que no es santo (en ninguna de las dos acepciones: no ha sido santificado, ni tiene el apellido del Presidente) pero sí es un hombre honesto, inteligente, trabajador, con capacidad de mando, líder nato y adalid del buen gobierno. Aparte de contar con numerosos y diferentes defensores de sus obras, unos destacados personajes otros gente del común, análisis y comentarios que por supuesto no son publicados en los medios afines al gobierno.
Paralelamente, no veo a Uribe con vocación de mártir ni como pretenden algunos que camine feliz y silencioso hacia el patíbulo.
Como escribo poco y no me gustan los rifirrafes, ni soy famosa, al margen de la nota anterior aprovecho para comentar algo de la actualidad. Día tras día Santos pierde credibilidad y reconocimientos, aunque los enmermelados y simpatizantes de sus tendencias políticas (y las de su hermano Enrique, a quien su tío abuelo el expresidente E. Santos, consideraba un comunista) lo apoyen constantemente, además de los sometidos por necesidades socioeconómicas y le sigan permitiéndole sus vaivenes políticos... la mayoría de los colombianos no lo apoyamos. Tanto es así que hasta su propio partido puede ir cuesta abajo, ya que la mayoría de sus correligionarios son bastantes astutos en las estrategias de los regímenes y prevén negativamente para Santos las elecciones de 2018. Además pregunto ¿Por qué no avanzan las investigaciones de los dineros de Odebrecht a las campañas de Santos? ¿Por qué no redujeron los inmensos gastos del Estado y si redujeron la inversión del mismo en obras y en temas sociales?
Juan Manuel Santos primero manipuló a Uribe para llegar al poder. Después recurrió a Maduro para los contactos con las Farc y ahora le voltea la espalda.... Fácilmente se ganaría un premio Nobel de traición.
Y los columnistas del régimen o sus apologistas destacados, sobresalientes periodistas y caricaturistas como: Coronel, Vlado, Duzán, Matador, Samper, etc., escriben el 80 % de sus artículos o caricaturas contra Uribe. Sin embargo, paralelamente, se conoce información sobre el inmenso “carrusel de la paz, que llena los bolsillos de los principales medios de comunicación, agencias especializadas y ciertas Ong, varias de ellas beneficiarias de contratos multimillonarios”.
En fin, sin analizar el histórico y violento pasado de las Farc es claro que la mayoría de los actuales problemas de Colombia no provienen de Uribe, más bien obedecen a las múltiples acciones y manejo de contratos ligados al actual proceso de paz de Santos y al derroche del presupuesto nacional. Creamos en la frase de John Russel: “Si la paz no puede mantenerse con honor, deja de ser paz”.