Hora de la educación más necesitada
En un artículo de hace algunas semanas señalábamos que, ante la alerta de la aparición de nuevo de la tragedia del reclutamiento de menores por grupos armados, ante el hecho de que a nivel rural sigue siendo alarmante la deserción escolar y de que son grandes los retos en materia de convivencia, era urgente un acuerdo nacional, con muchos dientes y apoyos, no solo voluntades, que ponga en el centro la escuela; todo lo que requiere para que su labor de formación académica, humana y ciudadana se logre. Todos coincidimos y sin duda hay muchas iniciativas convocantes en ese sentido, pero las estrategias concretas son muy tímidas y lentas.
Es por ello que invitamos a un plan concreto: poner en marcha una acción concertada público- privada, para apoyar los municipios más rezagados en materia educativa en el Departamento. Aplicar escasos recursos en miles de escuelas, no transforma nada. Establecer una ruta progresiva por grupos de localidades, es mucho más efectivo. Y tenemos información para tomar ya esta decisión.
El reciente Informe del Estado de la Educación en Antioquia (ver www.proantioquia.org.co) evidencia que hay veinte municipios que requieren intervención urgente porque tienen condiciones educativas realmente precarias. Los expertos crearon un indicador que da cuenta de necesidades educativas en dimensiones críticas: cobertura neta, eficiencia (extraedad y deserción) y logro escolar (pruebas Saber).
Aplicado el indicador a los 125 municipios, hay veinte con necesidades bien urgentes en todas o algunas de dichas dimensiones. Cuatro, en todas ellas: Cáceres, Concordia, Tarazá y Zaragoza. En siete es crítica la ampliación de la cobertura escolar: Arboletes, Salgar, Tarso, Briceño, Valdivia, Toledo y Chigorodó. Tres municipios tienen sus mayores necesidades en eficiencia escolar: Murindó, Sabanalarga y Vigía del Fuerte, y en seis, las urgencias están en mejorar los resultados del aprendizaje, si se miran las pruebas Saber 3, 5 y 9: Nechí, Mutatá, Necoclí, Dabeiba, San Juan de Urabá y Segovia.
Complementario, el importante trabajo que hace días comentamos sobre el levantamiento del estado de la infraestructura escolar rural adelantado por la Fundación Secretos para Contar, permite identificar qué se requiere en esta dimensión en dichos municipios; que es mucho.
La calidad educativa necesita de rutas equitativas que permitan compensar las precariedades sociales y económicas de la Antioquia más olvidada. Juntar esfuerzos públicos y privados para mejorar las condiciones de esa Antioquia no solo es un imperativo ético, sino el mejor camino para detener la reproducción de nuestras tragedias humanas, incluyendo ese éxodo que profundiza su pobreza, de los menos calificados a Medellín.
Los lectores me perdonarán si existe algún exceso de técnico en el artículo, pero cada vez se hace más urgente tomar decisiones de gobierno desde la evidencia. Los colombianos no podemos seguir siendo ajenos a exigir el mejor uso de este, por parte de nuestros mandatarios, especialmente cuando de actuar sobre lo socialmente prioritario se trata. Con ejercicios como el Informe sobre el Estado de la Educación en Antioquia, podemos elevar el nivel de conversación sobre lo que necesitan la gente y los territorios. Permitiendo igualmente convocar con suficiencia apoyo privado nacional e internacional para la acción colectiva en favor de la equidad.
* Director Proantioquia