Horizontal y vertical
¿Cuántas veces para tomar una decisión divaga hasta que lo hace, y luego de haberlo hecho se cuestiona sobre lo que decidió? Ahora, tome una decisión en pareja o con un amigo y le aseguro que decidir empieza a tornarse más complicado. Si en el ámbito personal se presenta esta situación, en la gestión empresarial aparecerá la opinión de cada uno de los involucrados defendiendo sus intereses por el bienestar de la empresa. Aunque, esta última parte, es un verdadero error, pues, debería pensarse primero en el bienestar del cliente y por el contrario solo se piensa en ganar más mercado y mejorar utilidades.
Esta situación parece que convirtiera a los diferentes integrantes de una organización en enemigos, que con el propósito de defender sus haberes llegan a imposibilitar el logro de las metas de los demás valiéndose de la construcción de barreras altas e impenetrables que dificultan la gestión. Este tipo de barreras, cuando no son erradicadas en sus primeras etapas, se convierten en unas moles gigantescas llamadas “silos”, en los que se aíslan hasta el punto de convertirse en empresas dentro de la misma empresa.
Factores como la incapacidad de definir objetivos, imparcialidad en la asignación de los recursos, falencias de la organizacional para la implementación de las estrategias y, especialmente, dificultades en la comunicación, son los principales ingredientes de esta mezcla fatal que genera la aparición de los “silos organizacionales”, en donde se almacena información, recursos y decisiones de manera vertical.
Por ejemplo: el silo comercial forma a sus colaboradores para que cada factura sea diligenciada en su totalidad, algo que regularmente se incumple, y esa falta puede llegar a generar sanciones tributarias, problemas en la presentación de la información de las bases de datos, seguimiento a las estrategias de relacionamiento y deficientes evaluaciones de la calidad del servicio. También, puede suceder que la gente de producción elabore el artículo, mercadeo diseñe el empaque y formule la estrategia de promoción, distribución haga la comercialización en los puntos de venta, y al final, todo esto sea un fracaso, pues, finanzas nuca intervino en los análisis de costos o la determinación de los márgenes, o de aspectos tributarios que pudieran garantizar la rentabilidad del bien comercializado.
Sin embargo, la existencia de estos silos puede llegar a ser válida si a esa gestión vertical se le agrega una gestión horizontal que integre a sus participantes facilitando que se puedan codearse entre sí.
Así que es hora de buscar dos elementos indispensables para mejorar la gestión y romper el paradigma de los “silos”: comunicación y cooperación, acompañadas del liderazgo inspirador de la directiva que logrará que la implementación de las acciones de mejora empiece a dar resultados en el corto plazo.