Columnistas

IMPUESTOS A LAS GASEOSAS

26 de abril de 2016

Reconozco que, a pesar de las muchas críticas que el ministro Alejandro Gaviria ha recibido de los gremios del sector de la salud, un tema complejo y lleno de aristas en el que es imposible dejar conformes a todos, considero que es un hombre inteligente, con entrega por el país y claridad en sus actuaciones. Más allá de estas polémicas, respetables todas, en las que es posible estar de un lado o de otro, debo decir que los argumentos que da para justificar gravar con IVA las gaseosas, desde un punto de vista técnico, no son los más convincentes. El tema tiene tanto de ancho como de largo. La realidad es que el país necesita la reforma tributaria y la comisión de expertos realizó sugerencias responsables, pero considero, no se puede sustentar que el argumento principal para gravar las gaseosas sea que son una de las principales fuentes de obesidad. Revisemos algunas cifras. Uno de cada cuatro colombianos entre los 5-64 años las consume diariamente (ENCIN 2010). Se estima que las gaseosas y refrescos aportan alrededor del 2 % de la ingesta total de un consumidor promedio, según estudio de PWC y el consumo per cápita de gaseosas en Colombia es de los más bajos de la región, 51.4 litros por persona, comparado con: 90 en Brasil, 126.4 en Chile, 156.6 en Argentina y 190.7 en México (Canadian 2013).

El sobrepeso no se debe solo al consumo de gaseosas. Uno de los principales factores es el sedentarismo. Según la OMC Colombia es el segundo país más sedentario del planeta. Si es cierto que las gaseosas tienen calorías, el problema es su consumo desbordado, sumado a una dieta no balanceada y la poca práctica deportiva. Esta última una de las principales causas de obesidad en el mundo.

Varios países han gravado las gaseosas con el objeto de disminuir la ingesta calórica. Uno de ellos México, que lo hizo en el 2014 con resultados pobres, ya que solo ha logrado reducir en promedio 5 kcal al día en una dieta promedio de una persona de 1.500 a 2.000 Kcal. Pero en la otra orilla, según reciente estudio del Tecnológico de México, y publicado por The Economist a finales del año pasado, lo que sí logró este gravamen fue que más de 30.000 tiendas cerraran en México y también se perdieran alrededor de 3500 empleos directos de la industria.

En las tiendas de barrio la venta de gaseosa es fundamental en su estructura de costos e ingresos y, hoy día, afectaría alrededor de 394.000 familias que derivan su sustento de tiendas en Colombia.

Me parece que, si el objetivo es disminuir la obesidad, el foco debería ser las campañas publicitarias en torno al deporte y la no vida sedentaria.

La reforma tributaria tocará muchos contribuyentes, muchos la apoyamos, pero lo que no está bien es satanizar la industria que hoy cumple con los estándares regulatorios y estipulados por el Gobierno Nacional.

Cada quién es responsable de cuántas calorías consume al día, y el papel principal del Gobierno debe ser la de realizar campañas de concientización. No parece correcto que el ministro descargue la responsabilidad de la obesidad en las gaseosas, existiendo tantas causas que la justifican .