Incongruencias al por mayor
Referendo por la vida de los toros, pero libertad total para el aborto (sin embargo, en ese campo no pueden existir condenas públicas)... Escándalo por consumo de drogas en los colegios, pero libertad total para sembrar hasta 23 matas de marihuana por persona; el glifosato malo para el medio ambiente si es para fumigar droga, aunque es bueno para fumigar cultivos del arroz que nos comemos, desprecio por nuestros vecinos declarándolos Paraíso Fiscal (parias) y extrañados porque votan en nuestra contra.
Billones y billones para las vías y la salud, lo más preciado que tenemos, en ruina total... Cárcel infinita por supuestamente escuchar conversaciones e impunidad casi total por secuestrar, asesinar, violar, extorsionar... Habrá alguien que me pueda explicar qué pasó con la lógica y el sentido común...
Como si los colombianos no tuviésemos memoria, el presidente Santos dijo hace poco que el reciente rifirrafe con Maduro era muy distinto al que Uribe tuvo con Chávez, porque este altercado se ha manejado con mucha altura y diplomacia... y al día siguiente aviones venezolanos violan el espacio aéreo colombiano.
Pero con perdón, creo que la mayoría de los compatriotas vemos esta camorra del vecino muchísimo más peligrosa, empezando porque Maduro quiere postergar o evitar las elecciones y porque es más primario que Chávez, porque ha deportado a miles de compatriotas, manda marcar las casas de los colombianos como en épocas hitlerianas y constantemente advierte sobre una posible “nueva definición limítrofe”, en fin, con una virulencia verbal y amenazas por parte del mandatario venezolano, que no se oyeron en la anterior querella.
Mientras Colombia hace alarde de pacifismo, hay que reconocer que es difícil coexistir con el dictadorzuelo Maduro, ya que él hace frecuentes llamados al nacionalismo, “especie de mística belicosa” para ocultar sus grandes pecados. Ve y denuncia paramilitares colombianos en su país, mientras no ve a las guerrillas colombianas circulando libremente por su territorio. Acusa por todo lo habido y por haber a este país, dice que el presidente Santos lo ha tratado mal y que los medios de comunicación incitan a la guerra, por informar con objetividad la realidad de las fronteras.
Mientras Maduro nos muestra los dientes, nuestra suave y elegante ministra Holguín (algo parecida al canciller Chamberlain, quien antes de la II Guerra creía que Hitler era un niño bueno) cumple la orden presidencial de ser pacificadora.
Afortunadamente, ahora, ante la doble violación del espacio aéreo, por fin este gobierno ha levantado su voz y ordena presentar protesta formal ante Venezuela. Y ante la falta de solidaridad latinoamericana con Colombia, es necesario que el presidente se pregunte cuáles son sus verdaderos amigos: ¿Todos los ex presidentes colombianos o el castro-chavismo en pleno? Llegó el momento de dejarle de rendir pleitesía a la izquierda latina.
Así mismo, veo incoherencias entre la clase política, especialmente en el partido de la U. Mientras el país clama por definiciones democráticas claras y por un frente común contra los siniestros planes de las Farc, ellos y el Fiscal hacen mutis por el foro.