Indígena de ciudad
Por
Manuela Gañán Escobar
Universidad de Antioquia
Comunicaciones, cuarto semestre
nuelag.e@gmail.com
El conflicto armado, el desplazamiento forzado y el desalojo de territorios, son problemáticas que han obligado a miles de colombianos a migrar a las ciudades.
Según reporte de Acnur, la Agencia de la ONU para los Refugiados, entre los desplazados internos registrados en Colombia se estima que unos 70.000 somos indígenas. Se ha informado, además, que alrededor del 62 por ciento de los pueblos indígenas presentan riesgo de desaparecer.
Entre 1998 y 2008, la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) registró el asesinato de 1.980 indígenas. Vale recordar que hasta la promulgación de la Constitución de 1991, los pueblos originarios eran calificados como “salvajes” (Ley 89 del 25 de noviembre de 1890).
Desde tiempos inmemoriales nuestros ancestros nos enseñaron la importancia de tener una conexión con la Madre Tierra, con el Sol, la Luna y todos los seres del universo, incluyendo ríos, montañas, árboles y animales.
Según la Ley de Origen, principio básico que siguen los pueblos indígenas, todos debemos convivir en armonía. El respeto por el otro debe movernos, sea persona, animal o ser inanimado, porque se comprende que todos somos sagrados.
Actualmente, gran parte de los indígenas que habitan la ciudad han olvidado esa condición que nos hace diferentes. Mi padre, indígena como yo, me enseñó que el saludo al sol es la forma de agradecer al Gran Creador por el despertar de cada mañana; el culto a la Luna como agradecimiento a los ciclos que cumplimos con éxito.
También que el abrazo al hermano árbol llena el cuerpo de energía positiva y es otra manera de amar a la Pachamama. Sin embargo, en la rutina y los afanes diarios estos asuntos se han olvidado.
Si desaprendemos lo sagrado, lo divino, estamos en riesgo. En la ciudad tenemos la oportunidad de conservar y crear rituales para no perder esa conexión sagrada: observar una puesta de sol, hablar a las estrellas, cuidar los animales, pequeños detalles que nos ayudan a estar en armonía con nosotros mismos y con el universo
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