Columnistas

La batalla final en el infierno

09 de agosto de 2016

Rodeados con la macabra solemnidad de los cuerpos muertos y la sangre derramada, ambos bandos aseguran que se viven las primeras horas de la batalla final. Es el enfrentamiento por Alepo, Siria, la enorme capital que albergó antes de la guerra a más de dos millones de habitantes y ahora, demolida por bombardeos y agujereada por balazos, apenas sí parece un pueblo fantasma. La etapa decisiva de la peor guerra civil que ha visto el mundo en lo que va del siglo XXI.

Por más de cinco años fuerzas rebeldes se han enfrentado con el ejército leal al régimen del presidente Bashar Al Asad en una carnicería que ya fulminó 290 mil vidas. Atravesada por los impulsos civiles de la primavera árabe y rodeada por la lucha paralela contra el Estado Islámico, la guerra siria es una catástrofe humanitaria de una envergadura inimaginable con más de cinco millones de desplazados que buscan refugio en países vecinos y Europa.

Ningún punto en el mapa de esta batalla es tan importante como Alepo. Es el bastión de los rebeldes y al mismo tiempo lugar estratégico en su abastecimiento, tanto de alimentos como de armas. El Ejército dice que está a solo días de ganarlo de manera concluyente, pero la lucha es esquina por esquina. Los bombardeos oficiales, apoyados por la aviación rusa, no discriminan entre combatientes y civiles y las últimas semanas revelaron imágenes de llanto. Niños huérfanos que se mueven como pequeños fantasmas. Hombres y mujeres rehenes de una ciudad que es escombros y cadáveres.

El uso de armas químicas es frecuente pero gobierno y rebeldes se señalan mutuamente con acusaciones incomprobables. En este infierno no se respetan los protocolos ni se escatiman las armas de los ejércitos, es la guerra total, la vida o la muerte, la lluvia de fuego, los refugios sin control, los médicos como objetivo. Campos de batalla que son hospitales y hospitales que ahora son trincheras.

Agosto, con sus pocos días, es ya uno de los meses más violentos de la guerra con 500 combatientes y 130 civiles muertos en un listado que promete aumentar en los próximos días. Con las balas también han muerto las esperanzas del diálogo y la batalla se intensificó hacia el jadeo final. Es el todo o nada por Alepo, la joya de una corona en ruinas.