LA CARTA
Amable lecto r. A continuación transcribo el texto que me dictó la tía Jesusita.
Doctor
Jorge Londoño De la Cuesta
Gerente Empresas Públicas de Medellín
Respetado doctor:
He seguido de cerca los comentarios expresados por varias personas, entre otras por algunos miembros del Concejo de Medellín, que sienten temor, no solo por las inversiones que se han hecho en el exterior, sino por el alto endeudamiento de la compañía. Así mismo, sus respuestas al Concejo y a medios de comunicación.
Con el debido respeto, inclusive con afecto, quiero manifestarle lo que pienso sobre el particular. En el caso concreto de la adquisición de Aguas de Antofagasta por una cifra cercana a los 1.000 millones de dólares, quienes tomaron esta decisión se equivocaron, no solo por el precio que se pagó, sino porque EPM no estaba en capacidad de hacer dicha inversión.
Sobre el daño que se originó en la planta de Guatapé, todo parece indicar que se debió a la falta de mantenimiento de equipos. Es algo que con un poco de cuidado se pudo evitar. Desde luego, esta situación se originó con anterioridad a la fecha en que usted asumió la dirección de la empresa. No obstante, si lo que se presume fue cierto, es una vergüenza, por lo menos, para el pueblo de Antioquia.
Con relación a las inquietudes manifestadas por los miembros del Concejo sobre el endeudamiento de la compañía y que su persona con firmeza manifestó que no había ningún problema. Déjeme decirle que al comparar los estados financieros de 2015 contra el año anterior, se observa entre otros, que la utilidad se redujo en un 39%.
En diciembre del 2015 el activo corriente era de $2,6 billones y el pasivo a corto plazo de $5,5 billones. Cualquier empresario que conozca esta relación, por muy tranquilo que sea, no vuelve a dormir. En términos simples, significa que esa empresa por cada peso que debe cancelar en los próximos meses, solo tiene $0,47.
Lo más sensato es decirle al señor alcalde de Medellín, que por lo menos durante los próximos tres años, EPM no está en capacidad de facilitarle ninguna utilidad, como se le obligó a hacerlo en el pasado.
Por último, más importante que hablar de índices financieros, es obrar con sensatez y mucho más si no se tienen recursos propios. Es evidente que quienes ordenaron invertir en Antofagasta y otros sitios más fueron negligentes. Pienso que no solo al representante legal de EPM, sino a los miembros de la junta directiva, que actuaron en años recientes, les faltó criterio y prudencia para el buen manejo de esta sociedad.
Que el Señor lo bendiga y le ayude a cuidar a EPM, que no goza de buena salud. Seguir hablando de la tasa interna de retorno (TIR), la utilidad esperada y el Ebitda, nada ayuda a solucionar un problema que es mucho más de fondo de lo que se ha dicho. Tenga cuidado con este enfermo.
Cordialmente,
Jesusita.