LA CONTROVERSIA ENTRE LAS CIENCIAS Y LAS HUMANIDADES
La política planteada por Colciencias en los últimos años sobre el papel de la investigación en la universidad en Colombia se ha enfocado de manera clara por una concepción de universidad centrada en el conocimiento científico, la innovación, la renta y el crecimiento económico, y excluye una idea de universidad que articule el avance de la ciencia con el cultivo de las humanidades y las ciencias sociales. Un grupo de científicos de la Universidad de Antioquia, Nacional de Colombia, de la Dirección de Fomento a la Investigación de Colciencias y empresarios, presentaron a la discusión pública universitaria el año pasado, el borrador de un proyecto de ley sobre política pública para el fomento de la investigación (Borrador Proyecto de Ley, 2014).
El mencionado grupo propone una reforma en el sistema nacional de investigación con el fin de dar pasos hacia la construcción de universidades de rango mundial con alto nivel de desempeño en investigación de frontera y para esto diferencian las misiones de lo que serían las universidades de investigación y de docencia.
El proyecto tiene un gran problema, y es que las ciencias sociales y las humanidades no son concebidas desde su específica racionalidad. Están insertas en él, no como saberes independientes con su propia historia y tradición y como disciplinas de investigación que tienen cada una su particularidad, sus formas de publicación y racionalidad. Las ciencias sociales y las humanidades son definidas de forma subordinada frente a las otras ciencias, como disciplinas que darán un apoyo del conocimiento a estas universidades para plantear los paradigmas del desarrollo en el país. Las humanidades están incluidas en el planteamiento desde una visión unilateral del conocimiento científico.
Algunos científicos consideran que la ciencia ha hecho el mundo moderno y es ella la que ha formado su cultura. Piensan que la ciencia dirige la economía, la política y que la práctica científica ha sido la fuerza determinante en el desarrollo de la globalización. Pero la sociedad no se apoya solo en el dominio de la naturaleza, en los importantes avances de la medicina, o en la dirección de la economía; la sociedad se basa en todo esto, tanto como en la creación de aquellas prácticas que permiten una comprensión de la historia, las culturas, la ordenación normativa de las relaciones entre los hombres.
El modelo de la universidad de investigación que promueve Colciencias tiene un problema central: se basa en una política según la cual la financiación debe ser casi exclusivamente para “ciencia, tecnología e innovación”. Esta política pone en un segundo lugar la orientación sobre la universidad basada en “sociedad”, propiciando así solamente la competitividad y la productividad y olvidándose de la formación de la persona, del ciudadano y del individuo racional. Al dejar que la política educativa sea diseñada exclusivamente por científicos y empresarios, ella queda supeditada a los cálculos de los beneficios empresariales. Esto sucede porque en este modelo se invita solamente a los científicos y empresarios a marcar las directrices de la investigación y la docencia. Exigir la inclusión de las humanidades en esta discusión es un gran reto para las nuevas administraciones de las universidades públicas.
* Director del Instituto de Filosofía de la U. de Antioquia.