Columnistas

LA GRAN ESPERANZA TRUMP

12 de julio de 2016

Por ROBERT P. JONES
redaccion@elcolombiano.com.co

¿Cómo se han convertido los protestantes evangélicos blancos, autoproclamados “votantes de valores” en un bloque contundente de apoyantes de Donald Trump?

Una reunión cuidadosamente coreografiada entre Trump y líderes evangélicos dio un vistazo hacia las formas en las que muchos están tratando de hacer probable lo improbable. Más notablemente, James C. Dobson, fundador y exdirector de Focus on the family (Enfoque sobre la familia), dijo que tenía conocimiento de segunda mano en cuanto a que Trump recientemente había llegado a “aceptar una relación con Cristo” y que se le debe mostrar tolerancia a Trump como un “cristiano bebé”.

El ex candidato presidencial Mike Huckabee, un pastor ordenado bautista cuya hija Sarah es una de las consejeras de Trump, dio fe de los “valores familiares” de Trump atestiguando su cercanía con sus hijos adultos. Mike Huckabee describió su relación como “una de las más admirables que jamás he visto entre padre e hijos.”

Pero aunque Dobson y Huckabee buscan ayudar a los evangélicos a justificar su apoyo al candidato republicano, el reverendo Robert Jeffress, el influyente pastor superior de la First Baptist Church en Dallas y un miembro prominente del comité evangélico asesor de Trump, ofreció un motivo más utilitario para el apoyo a Trump como presidente. En lugar de tratar de defender las credenciales cristianas de Trump, Jeffress abiertamente dijo que de cara a las amenazas percibidas que enfrentan los evangélicos, “Quiero al hijo-de-lo-que-sabemos más duro y odioso que pueda tener en ese papel, y creo que eso es lo que piensan muchos evangélicos.”

La expresión de aguda vulnerabilidad de Jeffress es clave para comprender el apoyo evangélico hacia Trump y las extraordinarias distancias a las cuales están llegando los líderes evangélicos para poderse congregar en apoyo a él.

Hoy, los evangélicos blancos no solo están viviendo la reducción de sus propias filas, sino que también están enfrentando más grandes y nuevas realidades demográficas y culturales. Cuando Barack Obama fue elegido presidente en el 2008, cristianos blancos (católicos y protestantes) constituían una mayoría del país; hoy ese número ha caído. A lo largo de este mismo período, el apoyo al matrimonio homosexual, un asunto clave para evangélicos, pasó de 4 de 10 a una sólida mayoría, y la Corte Suprema abrió paso para que las parejas homosexuales puedan contraer matrimonio en los 50 estados.

Casi dos terceras partes de los protestantes evangélicos blancos creen que la discriminación contra blancos se ha convertido en un problema tan grande como la discriminación contra otros grupos.

Según la mayoría de las medidas, el senador Ted Cruz, el hijo de un pastor evangélico y él mismo bautista sureño, debería haber sido el candidato presidencial de los evangélicos en el 2016. Pero Trump se ganó a los evangélicos abordando explícitamente su sentimiento más profundo de pérdida. Cruz aseguró a los evangélicos que les conseguiría exenciones de las nuevas realidades, mientras que Trump prometió restaurar su lugar central en el país. Cruz ofreció negociar una estrategia de retirada respetable, mientras que Trump prometió retrasar el reloj.

Para los protestantes evangélicos blancos, la promesa de Trump de “hacer a América grande de nuevo” significa algo específico. Trump entró en el foco de atención justo cuando el telón estaba bajando sobre la era de dominancia blanca protestante.

El ascenso de Trump ha convertido la elección de 2016 en un referendo sobre la muerte de América cristiana blanca, con el candidato atrayendo fuertemente a aquellos quienes más están sufriendo esta pérdida. Trump instintivamente comprendió esto desde el comienzo de su campaña. Tome por ejemplo su discurso en una universidad evangélica antes de los caucus de Iowa en enero: “Les diré una cosa: si soy elegido presidente, vamos a volver a decir “Feliz Navidad”. “ Añadió que la Cristiandad resurgirá porque “si yo estoy allí, usted tendrá poder suficiente-no necesita de nadie más.”