La olla raspada
Por María Ximena Berruecos Jerez
Abrí EL COLOMBIANO, como todos los días, y encontré un informe con las fotos de quienes hasta ahora se perfilan como candidatos a la Alcaldía de Medellín. Días antes había leído otro con los candidatos al Concejo. No sabía si reír o llorar. Me pregunté si esas hojas de vida clasificarían para un puesto mediano en una gran empresa privada. Con alguna valiosa excepción, serían desechadas al no dar la talla. Corremos el riesgo de que se llegue la hora y lo que encontremos sea un alarmante vacío de liderazgo, una ausencia de personas realmente capacitadas para asumir el colosal reto de recuperar a Medellín de los vicios que devoran su administración pública.
En octubre del año entrante son las elecciones locales y regionales. Las arcas del Municipio seguramente quedarán vacías, bien raspada la olla. El nuevo alcalde – la nueva alcaldesa, si es del caso – irá a buscar recursos a Empresas Públicas de Medellín... Si el nuevo gobernante es honesto, y llega con las pilas puestas, tendría que pedir una auditoría forense externa e independiente para que informe a la ciudad cómo está ese grupo empresarial público. Debe pedir el listado de vicepresidentes y gerentes (que superan el centenar), y llamarlos a rendir cuentas de qué es lo que hacen, qué han logrado y para quién trabajan.
Sin desconocer los estragos de Hidroituango, agravados por las maniobras motivadas en las venganzas de esta administración, veremos qué hace el nuevo burgomaestre con EPM y si se atreve a destapar las verdades que pugnan por salir a la luz pública. Y no solo de EPM, también del edificio de La Alpujarra. En estos años ha habido muchos daños y para repararlos se necesitará más de un mandato