Columnistas

La opinión subjetiva

27 de septiembre de 2016

En los medios informativos impresos se hacen tres tipos de contenidos: el contenido comercial, eminentemente pagado; el contenido informativo y el opinativo. El contenido informativo generalmente es procesado por periodistas profesionales y allí aparecen los acontecimientos en forma de noticia, reportaje, informe especial. Esa información debe ser objetiva, escueta, sin tendencias. El contenido opinativo se publica en las páginas de opinión, donde también aparece el editorial que es la opinión propia del medio de comunicación. Mientras que el contenido informativo es objetivo, la opinión es completamente subjetiva.

Lo explico porque algunos lectores esperan objetividad de los periodistas en las páginas de opinión. Lo primero para aclarar es que no siempre los que escriben en las páginas de opinión son periodistas con título universitario, lo cual no solo no los descalifica, sino que en un momento dado, y de acuerdo con su profesión o el tema en el que sean expertos, les confiere gran autoridad para hablar sobre ciertos asuntos. Lo segundo es que precisamente por tratarse de opinión, es subjetiva: es la forma como entiende y ve la realidad quien escribe, que no necesariamente tiene que ser compartida ni aceptada por otras personas. El único requisito que se le pide a la opinión subjetiva para ser valiosa y publicada, es que tenga argumentos reales y comprobables, sobre los cuales se base dicha opinión. En un día soleado del trópico una persona no puede decir que en su opinión está haciendo un frío insoportable. Esa opinión no está sustentada sobre un hecho real y por lo tanto carece de validez. Es más, la persona en cuestión podría estar enferma.

Cuando algunas personas no comparten una opinión, la descalifican de las formas más burdas, convencidos de que mientras más ofensivo sea el comentario, más posibilidades hay de derrumbar la opinión que no comparte. Y además (desafortunadamente) para muchos otros la opinión es un hecho emocional que amplifica en gritería desbordada usando las redes sociales.

Parte del trabajo que tenemos que hacer, en este nuevo tiempo de reconstrucción de país que se nos espera, es aprender a escuchar los argumentos sobre los que se sustentan las opiniones, para lograr construir una sociedad más racional, informada y crítica.

Aún nos falta un largo camino para lograr la madurez y serenidad que otorga la argumentación racional.