Columnistas

La política

23 de octubre de 2015

El hombre es un animal político. Política viene de polis, palabra griega que significa ciudad. Política es la vida en la ciudad, donde vivimos en comunidad.

El hombre es un ser relacional, de modo que la relación determina su condición humana. En realidad, todo existe en relación, pues la relación es el fundamento de todo y sin relación no existe nada.

La ciudad es la gente asociada, cuyo modo de relación reclama la convivencia, aprender a vivir juntos, en comunidad. En este aprendizaje la acogida, la tolerancia y la solidaridad son expresiones del amor, que es unidad de dos.

El hombre vive en relación consigo mismo, con los demás, con el cosmos y con Dios, y cada uno de estos polos de la relación reclama la calidad del amor. La polis, la ciudad, la vida en sociedad es un modo fundamental de vivir en relación de amor, gracias al cual las personas forman unidad, comunidad, ciudad.

Necesito cultivar con esmero la relación de amor conmigo mismo, que se fundamenta en mi relación de amor con mi Creador, fundamento a la vez de mi relación de amor con los demás y con el cosmos. Del cultivo de esta relación de amor depende la dignidad de la política.

La política, el arte del bien común, es en verdad relación de amor. Ocurre con frecuencia que el amor es reemplazado por los apegos. Por amor doy, me doy, construyo comunidad. Por apegos recojo, acaparo, retengo, me sustraigo al amor.

Los apegos generan la codicia y esta la corrupción, de suyo insaciable. El corazón humano tiene una propensión natural a los apegos, y de esta manera niega su condición esencial de animal político, pues los apegos dañan la relación quitando el instinto y el sentido del bien común.

Según el evangelio, no es posible servir a dos señores, a Dios y al dinero. Y el político sirve a Dios en la medida en que se interesa por dignificar, humanizar y aun divinizar el mundo en que vive. Tarea posible solo por amor.

Los apegos hacen al hombre esclavo de las cosas, y así se cosifica volviéndose cosa entre las cosas. Quien vive de apegos, lo que pertenece a la esfera de los cinco sentidos, vuelve su corazón incapaz de amar.

Votemos por los candidatos que se interesan en que todos tengamos educación, trabajo, vivienda, vestido, comida, salud, recreación, servicios públicos. El carisma, el orgullo y la satisfacción de su mandato.