La revolución del crecimiento verde
Para muchos el concepto de sostenibilidad tuvo como uno de sus antecedentes la famosa revolución verde. En la década de los sesenta se buscó aumentar la producción y la productividad de los cultivos agrícolas no solo con innovación en las semillas y productos cultivados, sino también en la ampliación de la frontera tecnológica a través del uso de químicos, plaguicidas, entre otros. Si bien los resultados de la revolución han sido debatibles y debatidos, fue un primer ejemplo de cómo las fuerzas de la innovación, la tecnología y la acción institucional podrían encaminarse hacia el desarrollo económico.
Sesenta años después, Colombia puede asomarse a una nueva revolución. El Documento CONPES 3934 es el resultado de la Misión de Crecimiento Verde, un ejercicio liderado por el Departamento Nacional de Planeación y de amplia convocatoria de expertos y actores, cuyo propósito fue trazar los caminos y las acciones colectivas que debemos emprender para, a partir de una gestión sostenible de los recursos naturales, promover la competitividad económica y el crecimiento resiliente ante el cambio climático; asegurar la inclusión social y el bienestar de la población y, cómo no, proteger y asegurar el uso sostenible del capital natural y de los servicios ecosistémicos.
Contempla metas y recomendaciones de política en temas como la bioeconomía, economía forestal, eficiencia en el uso del agua y de la energía, agricultura sostenible, economía circular y ciencia, innovación y tecnología. Tenemos cómo aprovechar nuestras potencialidades, por ejemplo: en bioeconomía solo un 0,5 % de nuestras empresas tienen una apuesta de innovación en este frente. Podemos hacer una explotación sostenible del sector forestal que hoy solo aporta el 0,8 % del PIB frente a un potencial de 25 millones de hectáreas. Las fuentes no convencionales de energía aportan slo el 2 % de la capacidad instalada de generación, pero tenemos la posibilidad de generar 29 mil megavatios a través de proyectos eólicos. La productividad de la tierra está cinco veces por debajo del promedio de los países de la OCDE ¡Lo que tenemos son posibilidades que debemos convertir en oportunidades!
Si bien el mapa de la estrategia es completo, trazando metas, acciones responsables, inversiones e instrumentos de seguimiento, el reto que se nos plantea es cómo lograr la apropiación social de este ejercicio, de forma que la búsqueda del desarrollo sostenible sea un compromiso compartido por todos. De allí que el primer llamado es para que el Gobierno Nacional realice un ejercicio amplio de socialización y difusión que permita ampliar la masa crítica de actores e instituciones que conocen y participan del tema. En ese mismo sentido, la invitación también es para que el nuevo Gobierno asuma como propia esta estrategia y la valore como una directriz esencial para la construcción del Plan Nacional de Desarrollo 2018 - 2022.
Una mención especial merece el trabajo realizado por el Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia – CTA- en cuanto a productividad del agua a nivel nacional, que lo pone a la vanguardia del tema en el país. Nuestro reto, como región, es aprovechar estas capacidades para enmarcar las acciones colectivas en sostenibilidad para que Antioquia sea el mejor ejemplo de crecimiento verde.
* Presidente Ejecutivo Proantioquia.