La tragedia de nuestros niños
El papá ensangrentado corre cargando su hijo tras ser rechazados por la policía serbia, una de las imágenes con las que The New York Times obtuvo el premio Pulitzer.
Un bebé sirio es pasado a la carrera por sus padres por entre la serpentina de púas en la frontera de Serbia con Hungría, imagen que gana el concurso World Press Photo.
En Medellín a diario un niño observa cómo matan a uno de sus progenitores, se lee en los diarios populares.
Decenas de familias con niños son desplazadas en el país por hechos violentos. La última crisis en Chocó, pero no escapan las ciudades.
Unicef estima que 462 millones de niños en edad escolar viven en países afectados por crisis humanitarias, incluyendo guerras, hambrunas o epidemias mortales.
En una región colombiana un grupo no permitió esta semana que llegara la necesaria vacunación y en otra junto a la escuela fue necesario poner una valla sobre el peligro de explosivos en el área.
¿Qué futuro podrán tener estos niños? ¿Cómo borrar de sus mentes las imágenes de terror por la muerte de sus padres o las huidas desesperadas? ¿En qué manos terminarán? ¿Qué sentirán cuando ven a sus padres pagar la extorsión para poder vivir en X o Y sector o cuando deben empacar y dejar todo atrás?
¿Cómo crecerán aquellos de La Guajira, Chocó y otras zonas donde el hambre y las carencias han sido casi que mandato gubernamental?
¿Qué será de todos estos niños y de los demás? Las cifras de la Unicef relacionan aquellos en edad escolar, pero ¿y los más pequeños?
Más del 10 % de la población mundial creciendo, viviendo cada día bajo el horror, con la vida amenazada, con su subsistencia enredada y todas las ayudas quedan escasas, mientras la mayoría se desentiende o ignora la crisis.
En ambientes tan hostiles están creciendo los niños. Nuestras escuelas se llenan de estudiantes huérfanos y abandonados. Los profesores no tienen familia para dialogar, para orientar. Para los docentes es una tortura enseñar en los grados 6°, en los cuales esos niños que se van haciendo mayorcitos y que han sufrido de todo dan rienda suelta a esa energía negativa acumulada de la cual muchos no se recuperan y perpetúan lo que les tocó vivir.
La infantil, una de las tragedias de nuestra época que seguirá marcando el futuro de muchas regiones del globo, mientras el drama humano se convierte en mero paisaje para los demás.